CENTRO CULTURAL COLONIA LAPIN
1946
Sitio Histórico Decreto Nº 15/2006 H.C.D.
Fundada la colonia un 6 de noviembre de 1919, al poco tiempo se levanta un centro cultural, cine y biblioteca que gracias al esfuerzo comunitario que apoyaba veladas y jornadas literarias, lograron ampliarlo e inaugurar este edificio en 1946. Al poco tiempo se adquieren nuevas máquinas para dar funciones de cine. El centro servirá como espacio social de la colonia. En 1986 se habilita el Jardín 907 en sus instalaciones. El éxodo de jóvenes en busca de estudios superiores hará que el mismo vaya languideciendo hasta los años 90, que queda prácticamente sin uso.
En 2017 la comunidad toda inicia un lento proceso de salvataje que culmina en su re inauguración en el centenario de la colonia en 2019.
COLONIA LAPIN
A principios del siglo XX la Dewish Colonization Association adquirió cuatro leguas cuadradas en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, en el partido de Adolfo Alsina. Los colonos que residían en La Pampa, debieron ser trasladadas ya que vivían en condiciones realmente desfavorables, dado el clima y la falta de agua potable. Así mediados de 1919, se instalaron en estas tierras las primeras veinticinco familias gracias al Director de la D.C.A., Don Eusebio Lapin quién constatando la dureza de la vida en aquellos territorios inhóspitos de La Pampa, luego de varias gestiones pudo obtener la autorización para trasladar estas familias hasta la Colonia Barón Hirsch de la Estación Rivera. A esta nueva colonia se la denominó en sus comienzos Phillippson N0 3, y a partir del año 1945, cuando se creó la Estafeta Postal, fue llamada en homenaje a su protector y fundador, Eusebio Lapin. También en 1921 se instalaron un nuevo grupo de familias, y en esos momentos se vislumbró otro futuro para la colonia, conviniéndose en una zona habitable y con proyectos comunes.
PALABRAS DE FRANCISCO LOEWY, EN OPORTUNIDAD DEL
80º DE COLONIA LAPIN EL 6-11-1999
“Son 80 años, y entre las personas y familias que han pasado por estos campos, que han dejado pedazos de sus vida, que han desaparecido, hemos luchado por una hilera de ilusiones; y hoy quisiera hacer una breve reseña retrospectiva de estos 80 años que han transcurrido, para que no caigamos en errores y equivocaciones”.
“Esto surgió en 1919, como una colonia de inmigrantes cuyas primeras familias vinieron de La Pampa y colonizaron esta tierra. En Europa había terminado la Primera Guerra Mundial, y mientras tanto, aquí se trabajaba, sus hombres tenían homogeneidad de origen, de creencias religiosas, había más de 60 familias en lotes pequeños de campo, y esta colonia tenía una rica trayectoria cultural, porque al estar lejos de otros centros poblados, este numeroso grupo de habitantes agricultores, desplegó, además de trabajar sus campos durante años buenos y malos, una intensa vida cultural; se hacían veladas literarias, existía un coro, un grupo de teatro y prevalecía el idioma Idish pero el ámbito argentino fue tan integrador. que hoy, el idioma de todos nosotros es el castellano, sin despreciar el recuerdo de nuestros más viejos. Actualmente se ha producido un raleamiento de la población y esa vida cultural tiene otro cariz, no es localizada; y quienes han venida de vuelta a través de los años, con razón han dicho que resto ya no es colonia, porque el concepto se perdió, ahora somos integrantes de la tierra argentina donde se han integrado familias de otros orígenes, entonces, más ralos pero existentes todavía, hemos continuado una tradición, comprendiendo la metamorfosis que se ha producido”
“Aquí no se han cumplido todos los sueños, porque muchos quedaron en el camino para dar paso a otros nuevos; y mirando hacia adelante; ¿Y qué significa en el presente argentino, este grupo de familias que sigue en el campo trabajando sus tierras, compartiendo los vientos y tormentas de esta planicie?. El mundo es testigo de la globalización, que aun está en ciernes, pero en el próximo siglo hablará de las catástrofes provocadas por este sistema, al que nos han entregado, para vivir pobrezas y miserias. Entonces, es importante que quienes manejan nuestras cosas, se den cuenta a tiempo que hay un gran cambio de mentalidad en el mundo, pero esta fiebre de falta de seguridad y trabajo debe derivar en algo; y algunos ya están hablando de las pequeñas y medianas empresas, aunque falta un paso más para que descubran que el semillero de las PyMes un agro nacional poblado de estas empresas familiares que constituyen el cuerpo de un país que pretende ser floreciente; en todo caso, hay una crisis mundial que tiene un nombre, que es el retroceso de la demanda global frente al exceso de producción y de capital, y ahí se producen las devaluaciones. Es tiempo de que empecemos a apreciar que después de que centenares de miles de productores han debido abandonar estos campos, los que todavía quedan , los que aún resisten, que están luchando, merecen que se los considere, en este diagrama de la futura Argentina, más próspera, con menos desigualdades, poblada, y con menos pánico; en definitiva, son vidas enteras que se han invertido en este lugar como en tantos otros, y no apreciemos lo que sucede como una ilusión que se ha cumplido, sino como una ilusión que debe estar naciendo ahora”.
Semanario Nueva Era. Nro. 556
21-11-1999