CELULOSA CARHUE. ULTIMA PARTE

CELULOSA CARHUE: DE LA ESPERANZA A LA ZOZOBRA. ULTIMA PARTE. RESUMEN

Durante ocho entregas se efectuó un recorrido por más de 45 años en la triste existencia de Celulosa Carhué, un proyecto comunitario como pocos hubo en nuestra historia pueblerina.  La existencia de Celulosa Carhué es la historia ideal para un libro documental y de investigación que permita a las futuras generaciones estar despiertos y atentos ante hechos similares.

Quizá una mayor cantidad de testimonios orales de obreros, funcionarios, etc. hubieran develado mayores interrogantes, sensaciones, frustraciones, ambiciones, corrupciones, amiguismos, etc,. Por la poca perspectiva histórica o por falta de profundización en algunas cuestiones que ya rozaban otras esferas más difíciles de acceder y ‘jugadas’, muchas cosas quedaron fuera. Sin embargo se han dejado muchos cabos sueltos que Dios quiera alguien algún día pueda atar para  aproximarse un poco más a la verdad.  

Creemos entonces haber aportado una mirada a este tema, seguramente de las varias que se pueden hacer.

Luego de tantas líneas escritas es por demás interesante efectuar un breve resumen, a modo de cierre, de esta espina que es Celulosa en nuestro pueblo, la que cada tanto vuelve a hacernos doler.  

NACE LA ESPERANZA

Durante los años cincuenta el ‘desarrollismo’ fue una de las propuestas económicas más difundidas en el país, teniendo a Perón como una de sus impulsores. A tres  años del golpe de 1955 que derrocó a Perón asumía la presidencia Arturo Frondizi, promoviendo el desarrollo de la producción fabril y el comercio. En Carhué asumía Orlando Bartolomé Bedacarratz de la  UCRI.

Por aquellos momentos nuestro terruño lejos estaba de la industrialización, siendo la agroganadería la ppal actividad junto al turismo de Epecuén.

En 1958 en Torquinst se daba inicio a un proyecto que tendía a industrializar la zona y que se denominó ‘Celulosa del Sur’ S.A.. La idea era industrializar la paja de trigo para hacer celulosa. El mismo proyecto era presentado en Coronel Suárez durante 1959 y para 1962 ya producía.  

Los proyectos presentados en Torquinst y Crnl. Suárez venían respaldado por la firma Carlos Isemberg Pujadas y Asociados, Ingenieros Consultores, muy conectados a nivel político en aquellos momentos. Y la idea prendió principalmente en Bedacarratz. Teníamos todo: materia prima, buenos medios de trasporte con las tres líneas férreas y el avance de la Ruta 33 y la proyectada Ruta 60.

Así a ppios de 1959 se conformaba una Comisión Promotora e inmediatamente se empezaba a recaudar capital en acciones. Celulosa Carhué, según proyecto, podría llegar a producir una amplia gama de papeles alisados. La producción a que se aspiraba eran 15tn diarias de papel de embalaje, siendo 18 meses el tiempo de culminación para la totalidad de la planta. Sobre el personal necesario para su funcionamiento, el proyecto establecía entre 40 y 50 personas, además de todo lo que implicaría el acarreo de fardos, el levantado manual, etc. lo que haría que la misma tuviera un gran impacto en la comunidad y el distrito. También eran tenidas en cuenta las convertidotas, es decir pequeñas fábricas para procesar la materia prima, es decir las bobinas.

La ubicación la determinó básicamente la cercanía al arroyo, pues el caudal de agua necesario era importante. Si bien se habían inclinado por el Acc.R60 finalmente se instaló en un predio de 17ha. en el acceso R33. Sobre la producción y rentabilidad se hablaba de 4.500tn anuales y 20 millones de Pesos m/n cuando un corte vacuno, por ejemplo de Vació, costaba $7.00 . 

La obra de Hormigón Armado comenzó a efectuarse en 1961 y al culminarse en 1962 se inicia la Obra Civil. También se comenzaban a adquirir las primeras maquinarias. La superficie cubierta de la planta era de 1974 m2.

Todo iba viento en popa. El pueblo todo, desde el estanciero al comerciante, había invertido en Celulosa Carhué, financiando el 50% del proyecto. El Banco Industrial iba a financiar el resto. Sin embargo en marzo de 1962 los problemas económicos acosaban al gobierno y Frondizi era derrocado. De allí en más se trabaron todos los créditos y no se pudo continuar ni afrontar muchas deudas. El Directorio siguió trabajando e incluso disponiendo de dinero personal para no entrar en juicios. Con la esperanza de que se llegaría indefectiblemente a buen puerto se lograron accionistas en zonas de La Pampa y aledañas a Carhué.

Pero los problemas se agudizaban. Cuando recién la empresa de la obra civil pudo cobrar, la justicia entregó la planta a la sociedad. Era ya el año 1965.

Las esperanzas se esfumaban y ya entrado 1969 no había novedades en el crédito. La planta estaba casi lista para producir y muchos aún apoyaban la idea, sin embargo comenzaban ya los primeros resquemores y críticas en el pueblo, pues se había volcado una suma importantísima de dinero en un proyecto que estaba muerto, o en franca agonía.

En ese año, otro juicio paralizaba a la sociedad, culminándose recién en 1971. La Soc. realizaba algunas tareas de arreglo y reacondicionamiento de maquinarias. De allí en más no se tienen más referencias ni documentos que cuenten que sucedió con la planta fabril. Se sabe que en esos años de los 70’ se apersonaron varios compradores pero la Soc. pretendía que la decisión se tome en Asamblea. Pero ya a casi nadie le interesaba y no lograban conformar quórum. Circulaba en la calle entonces una frase para demostrar que a Carhué nunca llegaría la industrialización: “Una industria en Carhué... no. Mirá lo que pasó con la papelera...”

REVIVE CELULOSA CARHUE

Ya en los años 80’, específicamente en 1981, llegan compradores interesados en la planta. El empresario papelero de Avellaneda José Teddy Magariños lograba un acuerdo con los miembros sobrevivientes de la Sociedad y adquiría Celulosa. El importe que arreglaba pagar era ínfimo. El directorio decidía que se entregue ese dinero al Hospital local, pues era importante para ellos que se abra pues volcaría mucho dinero al pueblo. Dicen que nunca llegó ni un peso al nosocomio local. De ser así Carhué todo le regaló un enorme edificio levantado y sostenido con cimientos de miles de esperanzas. Pero era en pos del progreso local.

Los nuevos propietarios trabajaron desde 1981 a 1984 en el armado de las maquinarias y demás, comenzando ese año y hasta 1985 la obra civil de bases para las máquinas, etc.  Celulosa Carhué comenzaba a producir en 1987 bobinas de papel higiénico con recortes de otras fábricas, dando trabajo a 40 operarios, siendo un paliativo a la pérdida de cientos de puestos con la inundación de Epecuén. El pueblo todo estaba contento y volvía a creer en aquella idea nacida en 1959.  Para los noventa era 47 personas produciendo 15 tn diarias de papel higiénico, un más que aceptable volumen.

En 1991 varias denuncias daban noticia de que Celulosa Carhué estaba contaminando el arroyo Pigué, y eso implicaba que esa contaminación llegaba a Epecuén y los balnearios. Pequeñas multas fueron impuestas pero todo siguió igual: aguas verdes, coloradas, azuladas, etc.

LA RECONVERSIÓN

Producto de las políticas económicas nacionales la actividad fabril comenzó a sucumbir. Lo importado ganaba. El papel higiénico ya no era gran negocio, así que los propietarios deciden cerrarla  el 13 de septiembre de 1993, otorgando vacaciones a  sus empleados hasta quedar suspendidos. Se argumentaba la falta de Gas Natural y como 2 millones de pesos-dólares necesarios para saldar deudas.

Luego de varias gestiones y del trabajo de 70 operarios el 21 de marzo de 1994 abrías sus puertas, reincorporando su personal, llegando a fabricar 44 tn diarias de cartulinas.  Para esta nueva etapa como apoyo el municipio salió de garantía en las obras necesarias para el Gas Natural, además de prorrogas en las ordenanzas de exención de impuestos. Celulosa Carhué llegó a tener el Gas a metros, pero nunca hizo las instalaciones dentro de la propiedad. Además nunca pagó al municipio lo que debía pagar del crédito. Años después el municipio se cobraba con una propiedad en Córdoba.    

El apoyo provincial si que fue bueno. Nos enterábamos en 2002 que el Bapro a Celulosa Carhué le había facilitado más de 20 millones de pesos-dólares, siendo uno de los créditos más suculentos y raros, pues el capital de la misma era significativamente menor, por no decir irrisorio. Hoy esa deuda pasó a Fideicomiso.  Con este dato se comprenderá el accionar de la fábrica en muchas situaciones posteriores 1994.  

LA ZOZOBRA

En Julio de 2000 la producción se paralizaba por una protesta gremial ante reclamos de mejoras salariales. La relación entre los trabajadores y sus propietarios se comenzaba a resquebrajar.  Un hecho raro y sospechoso ocurría en Julio de 2000. Entre la noche del 4 y madrugada del 5 ‘malvivientes’ ingresan a la fábrica, reduciendo a dos serenos y llevándose tan solo dos disquetes con información vital de la fábrica, básicamente en donde estaba registrado el pañol, es decir la existencia de repuestos, máquinas, etc. Se dijo que eran gremialistas aunque hoy es fácil inferir que no.

El 23 de septiembre recibían la notificación de la suspensión sin goce de sueldo hasta el 24 de octubre. Se argumentaba que las políticas liberales no permitían trabajar, pues las empresas foráneas estaban mejor económicamente y ellos no podían competir.

En la calle quedaban 57 trabajadores y pese a varias reuniones no se llegaba a una definición. Es decir la decisión ya estaba tomada: el 23 de noviembre de 2000 Celulosa Carhué dejaba de existir. A los trabajadores les restaba la Justicia y ya sabemos como terminan esos procesos en nuestro país. 

Los trabajadores fueron absorbidos mediante planes en el municipio en diciembre de ese año. Para complicar las cosas vino luego la crisis de 2001.  Los ex operarios intentaron durante 2002, a la par de una gran movida periodística nacional, recuperar la fábrica mediante una Cooperativa de Trabajo, pero ante el Bapro solo se había puesto de garantía la maquinaria y no la planta. Por otra parte como nadie había solicitado nunca la quiebra y las instalaciones continuaban siendo de los propietarios,  con bolsillos llenos de verdes dólares otorgados por la cúpula del Provincia que hoy debemos todos.

Integrantes de la Cooperativa ‘8 de marzo’ lograron visitar la planta y allí se anoticiaban de un vaciamiento y vandalismo tal que impedía, si hubiera habido predisposición de los dueños, su puesta en marcha.

Un trabajador en ese 2002 tomaba la decisión de encadenarse por una semana a un árbol frente al Palacio Municipal, reclamando su indemnización. Hubo también robos y vandalismo local.

Durante agosto de 2003 ante la posibilidad de un nuevo vaciamiento, robo y vandalismo, el grupo de operarios tomaban pacíficamente la planta. Durante ese año la situación de Celulosa fue parte de campañas electorales, auque quedó todo en la nada ante la traba de que nadie había solicitado quiebra. 

En 2005 nacía una nueva esperanza con la aparición de un empresario llamado Claudio Dré que, sin grandes promesas pedía apoyo y colaboración de todos para poder reabrirla.  Entre las acciones llevadas a cabo se conformaba una nueva cooperativa -la ‘8 de marzo’ se había disuelto ya-,  denominada ‘Papelera Carhué Argentina’ integrada por los trabajadores que continuaban con el anhelo de recuperar la fábrica. Llegamos así a finales de 2005 no apareciendo ninguna referencia periodística más hasta hoy.

Es Celulosa Carhué quizá el reflejo de un periodo para olvidar. Es sin duda otro de los casos de aquel Carhué que pudo ser y no fue…

GASTON PARTARRIEU

PUBLICADO EN SEMANARIO NUEVO ERA NRO 961 DE 2007

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