DR. ARTURO D. VATTEONE. FUNDADOR DE EPECUEN

DR. ARTURO D. VATTEONE

FUNDADOR DE EPECUEN

El 12 de julio de 1871, en San Nicolás de los Arroyos nació ARTURO DALMACIO VATTEONE. Su madre Eulogia Ponce de León de Vatteone, a raíz del temprano fallecimiento de marido don Augusto Vatteone, se hizo cargo de la educación de sus hijos y procuró por todos los medios, inculcarles la necesidad de adquirir una profesión liberal. Arturo cuando finalizó la segunda enseñanza se dirigió a Buenos Aires y empleándose en estudios de abogacía cursó, al mismo tiempo, con tenacidad y denuedo la carrrera de abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Se recibió primero de escribano y posteriormente de abogado doctorándose con honores merced a su tesis “ La defensa en juicio del insolvente”, la que puso de manifiesto su sensibilidad social en tiempos en que tal preocupación no era frecuente por parte de los jurisconsultos de la época. Militó desde muy joven en las filas del entonces Partido Conservador y toda su vida profesional y su trayectoria política estuvo signada por las inquietudes patrióticas de esa agrupación ciudadana que tanto hizo por el desarrollo nacional y a la que tantos errores y horrores le atribuyeron durante el largo transcurso del tiempo sus enemigos, a los que no se puede llamar adversarios pues la ferocidad de sus ataques y la falta de grandeza que siempre han tenido para reconocer los aciertos conservadores, los transforman en rivales irreconciliables del partido que contó entre los suyos figuras como Roca, Juárez Celman, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza y tantos otros cuya actuación estuvo caracterizada por el desinterés y la altura de miras en el desempeño de sus funciones.

Arturo Vatteone, correligionario y amigo de Marcelino Ugarte, fue diputado y senador en la legislatura de la provincia de Buenos Aires y posteriormente intendente del partido de Florencio Varela y Magdalena, cuyas finanzas saneó y ordenó, incrementando el patrimonio municipal y desarrollando una labor constructiva y fecunda. Como diputado se debe a su accionar, entre otras la sanción de la ley de guías que legisló. Un importante rubro de las entradas municipales de la provincia de Buenos Aires. Al retirarse de la vida publica adquirió a doña Agustina Roca de Marcó las 2500 hectáreas que constituyeron la estancia La Fortuna. A la par del desarrollo de sus tareas agrícolas y ganaderas y la atención de su estudio de abogacía en Capital federal, fundó el pueblo de “Mar de Epecuén” donde de su propio peculio creó uno de los primeros balnearios que adornaron esa progresista que desapareciera a raíz del escandaloso, criminal y estúpido manejo que hiciera la ineficiente Dirección de Hidráulica de la provincia de Buenos Aires con el problema de las Encadenadas, durante los 30 o 35 años anteriores a la asunción del Dr. Eduardo Duhalde que con empeño, decisión eficacia y capacidad, ordenó soluciones y rápidamente, una situación que por desidia no se reparó en casi  cuatro décadas.

Arturo Vatteone con el entusiasmo que su visión de una Argentina de progreso y desarrollo armónico lo impulsara durante toda su existencia, no olvidó el pasado glorioso que ésta localidad de Carhué luce con el esplendor de las grandes realizaciones. Ultimo refugio del indio asiento de la División Sur al comando del Coronel Nicolás Levalle, contó merced a la preocupación del Dr. Vatteone con uno de los primeros museos regionales que ilustraron y conservaron para la posteridad la gesta de la campaña del desierto del Gral. Roca.

Fundo en los años 20 el Museo y Fortín  “El Centinela” que durante muchos años fue referencia ilustrativa para el visitante del desarrollo en nuestro ámbito de la campaña al desierto.

Consiguió la donación por parte de la Marina de Guerra de cañones y otros elementos para adornar el entorno del Fortín. Asimismo obtuvo infinidad de elementos históricos pertenecientes a los integrantes de la gesta del desierto y otras curiosidades propias de la zona excavadas y recuperadas por su determinación.

Impulsó asimismo la Villa de Mar de Epecuén con sucesivos loteos que si bien no significaron grandes ingresos, posibilitaron la existencia hasta 1985 de una pujante y progresista comunidad conocida no sólo localmente, sino que tuvo trascendencia internacional.

El casco de la estancia del Dr. Arturo Vatteone destruído por la inundación que azotó a Epecuén, fue en sus mejores momentos un espléndido edificio de líneas clásicas y dignas que albergó a sus descendientes desde 1914 hasta finales de 1987.

Un casco de estancia que juntamente con el palacio estilo español de Carballo, san Nicolás de Levalle, el Combate, La Conquista, el Palacio de Gallo (lamentablemente demolido), La Concepción, La Josefina de Espartillar y otros adornaronlos campos vecinos Carhué y pusieron de manifiesto el cariño de sus propietarios por estas tierras.

En suma una vida plena de realizaciones constructivas, un accionar político de altura, una preocupación patriótica por los entornos donde le tocara en suerte actuar, junto a su señora esposa Doña Rosa Ferrarosa de Vatteone fundaron una familia que tuvo y tiene para Carhué un entrañable afecto, han sido las huellas que Arturo Vatteone dejó como muestra de su acendrado aprecio por ésta nuestra grande y bella Argentina. Para terminar esta sumaria reseña de uno de nuestros hombres del partido de Adolfo Alsina y también lo decimos con sincero orgullo, uno de los hombres del viejo y glorioso Partido Conservador. Vayan estas frases que grabada en el mármol estaban a la entrada del Museo y Fortín el Centinela y que trasuntan el sentir de su fundador por estas llanuras...

“Pasagero... pregunta a estos lugares cuanta grandeza su silencio esconde y escucha en la voz de los recuerdos lo que el pasado al porvenir responde”

ARCHIVO MUSEO DR. ADOLFO ALSINA