CIUDADANO ILUSTRE DE ADOLFO ALSINA. AÑO 2003
DECRETO Nº04/03
VISTO: Que cl Sr. Francisco Loewy se radicó desde el año 1939 en Colonia Lapin, Partido dc Adolfo Alsina, pues debió abandonar su país natal, Alemania, dominado por la demencia racista del Régimen de aquel entonces en el poder.
Que permanentemente desarrolló la actividad agropecuaria hasta el presente, a sus 93 años.
Que integrado al Movimiento Cooperativo, fue presidente de la Cooperativa Granjeros Unidos de Rivera, y durante numerosos períodos Presidente de la Fraternidad Agraria, entidad tradicional de segundo grado.
Que su accionar en el Movimiento Cooperativista trascendió los límites de nuestro medio como colaborador de la Confederación lnter-Cooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), institución representativa del cooperativismo agrario argentino.
Que en su incansable trabajo de productor, vecino solidario y profundo analista de la realidad rural produjo obras literarias y contribuciones de pensamiento en diversos medios de prensa del país.
Que este pensamiento pone de manifiesto su visión globalizadora de lo social, económico, planteando la necesidad del medio ambiente como parte del equilibrio.
Que estas publicaciones. “La ecuación argentina (agenda para una sociedad viable)” Publicada en 1993 y “La encrucijada (Argentina y su reencuentro con el futuro)” son muestras de su brillante pensamiento; y
CONSIDERANDO: Que tan larga trayectoria y trascendencia en nuestro hace que su nombre sea reconocido y respetado en todos los ámbitos del Distrito de Adolfo Alsina. Por todo ello:
EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE ADOLFO ALSINA EN USO DE SUS FACULTADES LEGALES, APRUEBA Y SANCIONA EL SIGUIENTE:
DECRETO
ARTICULO 1º: Declárese ciudadano Ilustre del Distrito dc Adolfo Alsina al Sr. Francisco Loewy, vecino de la localidad dc Colonia Lapin.
ARTICULO 2º: Hágase entrega de una plaqueta recordatoria en Sesión Especial del Honorable Concejo Deliberante, en fecha a consensuar con el homenajeado.
ARTICULO 30: Comuníquese al Departamento Ejecutivo y entréguese una copia del presente al homenajeado.
DADO Y SELLADO EN LA SALA DE SESIONES DEL HONORABLE CONCEJO DELIBFRANTE DE ADOLFO ALSINA. A LOS TRECE DIAS MES DE MAYO DE DOS MIL TRES.
SERGIO H. SUAREZ Secretario legislativo. ABEL PABLO SÁNCHEZ Presidente H.C. D.
FRANCISCO LOEWY (16-3-1912 – 7-7-2007)
UNA PERSONALIDAD CUMBRE DEL COOPERATIVISMO
Don Francisco Loewy fue uno de esos tantos inmigrantes alemanes, de origen judío, que cuando en 1937 llegó al puerto de Buenos Aires, también desembarcó su propia historia.
Su vida fue un verdadero ejemplo donde se sintetizaron valores que contrastan en estos tiempos, donde la individualidad, las grandes concentraciones económicas y las catástrofes humanas parecen conformar el ámbito en que nos desenvolvemos actualmente.
En sus 95 años vividos, Don Francisco atesoró innumerables vivencias, muchas de ellas relegadas a la profundidad del diálogo intimista o del pensamiento, que le dejaron cicatrices en el alma. Sin embargo, su fortaleza espiritual le permitió superar el naufragio de la emigración de su Alemania natal y multiplicar los dones de la vida en la Argentina , junto a su esposa Paula Salomonski.
Sus manos, en una extensión de su prolífero pensamiento, transformaron la tierra con el arado, recogieron la fruta rionegrina o las mieses en el semiárido sudoeste bonaerense, escribieron en su juventud y crearon libros en su madurez.
Víctima del nazismo: Había nacido el 16 de Marzo de 1912, en Glatz, pequeño poblado montañés ubicado en la entonces provincia alemana de Silesia. Cuando terminó el bachillerato, a instancias de su padre —abogado y escribano—, comenzó a estudiar Derecho. Sin embargo, frente al avance del nazismo, cambió su rumbo universitario hacia Medicina. Sobre ello decía don Francisco: “Conociendo que el nazismo era el movimiento político que determinaría una jurisprudencia en la que, por ser judío, no podría integrarme libremente, pasé a Medicina que era más vocacional”.
Sus denuncias a las arbitrariedades del nazismo, lo llevaron a sufrir tres meses de cárcel en el presidio de Breslau. Tuvo que abandonar sus estudios y aprendió los oficios de agricultor, preparándose para la emigración. En esos menesteres fue cuando conoció a la que sería su esposa, con la cual emprendió una nueva etapa en nuestro país.
Loewy productor: Ya en la Argentina, antes de que se desatara la segunda mayor catástrofe del Siglo XX, la familia Loewy primero se instala en el Alto Valle del Río Negro y luego, toma contacto con la fundación del Barón Hirsch y arrienda una chacra de 150 hectáreas en Colonia Lapin, cercana a Rivera, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Transformado en un chacarero nato, Don Francisco y su inseparable esposa Paula, alternaron el duro trabajo rural con el cuidado de sus hijos Matías, Manuel, Tomás, Arturo y Ruth Miriam. Integrado por convicción de principios al movimiento cooperativo agropecuario, fue presidente de la Cooperativa Granjeros Unidos de Rivera y, durante numerosos períodos, de la tradicional cooperativa de segundo grado Fraternidad Agraria, luego fusionada en la década del ’90 a la Asociación de Cooperativas Argentinas.
Representando a Fraternidad Agraria, fue fundador de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), en la que integró su consejo directivo y la Comisión Asesora Regional Buenos Aires Sur. Precisamente, en diciembre del año pasado (se refiere al año 2006) (1) las autoridades de la entidad gremial cooperativa, al cumplir 50 años de vida institucional, depositaron en manos de su hijo Manuel un presente recordatorio de aquella gesta que lo tuvo como protagonista. Nos quedan en la memoria los dos últimos homenajes que se le hicieron a Don Francisco, antes de sufrir una isquemia cerebral que poco a poco lo fue debilitando. En uno de ellos, al ser declarado Ciudadano Ilustre del Partido de Adolfo Alsina, señaló:
Al escuchar el relato de mi biografía se me ha hecho más consciente mi propia condición de peregrino entre dos mundos, pues he recorrido los espacios físicos, geográficos y espirituales de Europa y, junto a mis familiares, he sufrido la fractura, el hundimiento de un mundo que era nuestro aire vital, el mundo de nuestro idioma materno, de nuestra capacidad de expresión. Y tuve que cambiar todo eso a través de la emigración, por la conquista de un nuevo mundo que es este país, la Argentina. Con mi querida esposa Paula pudimos encontrar un nuevo hogar, una nueva Patria, y también nuevos amigos y compañeros
Extractado de lo publicado el 27 enero, 2015 y tomado de “lacooperaciononline.com.ar” de 17/07/2007
PALABRAS DE FRANCISCO LOEWY, EN OPORTUNIDAD DE 80º DE COLONIA LAPIN EL 6-11-1999
“Son 80 años, y entre las personas y familias que han pasado por estos campos, que han dejado pedazos de sus vida, que han desaparecido, hemos luchado por una hilera de ilusiones; y hoy quisiera hacer una breve reseña retrospectiva de estos 80 años que han transcurrido, para que no caigamos en errores y equivocaciones”.
“Esto surgió en 1919, como una colonia de inmigrantes cuyas primeras familias vinieron de La Pampa y colonizaron esta tierra. En Europa había terminado la Primera Guerra Mundial, y mientras tanto, aquí se trabajaba, sus hombres tenían homogeneidad de origen, de creencias religiosas, había más de 60 familias en lotes pequeños de campo, y esta colonia tenía una rica trayectoria cultural, porque al estar lejos de otros centros poblados, este numeroso grupo de habitantes agricultores, desplegó, además de trabajar sus campos durante años buenos y malos, una intensa vida cultural; se hacían veladas literarias, existía un coro, un grupo de teatro y prevalecía el idioma Idish pero el ámbito argentino fue tan integrador. que hoy, el idioma de todos nosotros es el castellano, sin despreciar el recuerdo de nuestros más viejos. Actualmente se ha producido un raleamiento de la población y esa vida cultural tiene otro cariz, no es localizada; y quienes han venida de vuelta a través de los años, con razón han dicho que resto ya no es colonia, porque el concepto se perdió, ahora somos integrantes de la tierra argentina donde se han integrado familias de otros orígenes, entonces, más ralos pero existentes todavía, hemos continuado una tradición, comprendiendo la metamorfosis que se ha producido”
“Aquí no se han cumplido todos los sueños, porque muchos quedaron en el camino para dar paso a otros nuevos; y mirando hacia adelante; ¿Y qué significa en el presente argentino, este grupo de familias que sigue en el campo trabajando sus tierras, compartiendo los vientos y tormentas de esta planicie?. El mundo es testigo de la globalización, que aun está en ciernes, pero en el próximo siglo hablará de las catástrofes provocadas por este sistema, al que nos han entregado, para vivir pobrezas y miserias. Entonces, es importante que quienes manejan nuestras cosas, se den cuenta a tiempo que hay un gran cambio de mentalidad en el mundo, pero esta fiebre de falta de seguridad y trabajo debe derivar en algo; y algunos ya están hablando de las pequeñas y medianas empresas, aunque falta un paso más para que descubran que el semillero de las PyMes un agro nacional poblado de estas empresas familiares que constituyen el cuerpo de un país que pretende ser floreciente; en todo caso, hay una crisis mundial que tiene un nombre, que es el retroceso de la demanda global frente al exceso de producción y de capital, y ahí se producen las devaluaciones. Es tiempo de que empecemos a apreciar que después de que centenares de miles de productores han debido abandonar estos campos, los que todavía quedan , los que aún resisten, que están luchando, merecen que se los considere, en este diagrama de la futura Argentina, más próspera, con menos desigualdades, poblada, y con menos pánico; en definitiva, son vidas enteras que se han invertido en este lugar como en tantos otros, y no apreciemos lo que sucede como una ilusión que se ha cumplido, sino como una ilusión que debe estar naciendo ahora”, concluyó el residente en medio del generalizado aplauso.
Semanario Nueva Era. Nro. 556 21-11-1999
Más info:
Recuerdo de un chacarero, cooperativista y pensador