LA CAPILLA SANTA TERESITA DE EPECUEN

Gastón Partarrieu

LA CAPILLA SANTA TERESITA DE EPECUEN Y EL RESCATE DE SU CAMPANA

Aquella fue una jornada de alegría, pero el fondo cundía la tristeza. De satisfac­ción fusionada con melancolía. Estaba fuera del agua la campana de la capilla de Epecuén que había sido colocada allá por los años 30s y se había hecho escuchar cada domingo hasta el 10 noviembre de 1985. Desde ese fatídico día el viento había sido el encargado de hacer escuchar su repiqueteo hasta que un día de 1987 el agua derrumbó la torre y la sepultó. La gran campana en unos pocos segundos llegó al fondo de la laguna sembrado de escombros. En ese momento, ni el más optimista de los feligreses se animó a pensar que alguna vez la campana sería res­catada del olvido.

La idea de su recuperación había nacido en un curso de capacitación de buzos de Bomberos Voluntarios en San Bernardo (BA) cuando intentaban buscar localizacio­nes para efectuar prácticas en aguas saladas. Los miembros del cuerpo local comentaron la triste historia del pueblo de Epecuén, su­giriendo tímidamente rescatar la campana de la capilla del pueblo perdido bajo las aguas. La idea prosperó.

Las tareas comenzaron solicitando au­torizaciones a la iglesia e intendencia local. Varios cuarteles zonales se sumaron a esta iniciativa que les brindaría una experiencia profesional única, además de trabajar en un proyecto significativo para una comunidad aún dolorida.

Así un día 2 de Noviembre de 1991 bien temprano y ante un insistente viento, par­tieron los bomberos locales junto a otros de San Antonio de Areco, Capilla del Señor, Baradero, San Clemente y Salliquelo, todos integrantes del Grupo de rescate V.E.R.A 7. El buceo en este tipo de lagunas se efectúa al tacto; y cuentan las crónicas periodísticas que fue Raimundo Ortiz de Capilla del Señor quién, valiéndose de este recurso, dio con la campaña entre los escombros a más de cuatro metros de profundidad.

A partir de allí se iniciaron las tareas de colocación de tambores que con aire iban ayudando a despegar la campana de entre los escombros de la torre. A las 16.05 y tras más de nueve horas se logró hacerla emerger ante los gritos de desaho­go de algunos y las lágrimas de otros.

Los más de trescientos kilos de la campana fueron llevados hasta la costa en donde más gente se sumó a la algarabía y a la emoción.

Luego de varias pro­puestas y disputas sobre a su destino final, el 19 de marzo de 1992 se la llevó al patio de la Iglesia Nuestra Sra. De los Desamparados, en don­de se le efectuaron algunos tratamientos para separar el mecanismo de toque a vue­lo, retirar el oxido y el sa­litre.

Ese mismo año la cam­pana formó parte del primer corte de ruta en la pcia de Buenos Aires por la emer­gencia hídrica que agobiaba a Carhué.

La campana que se había hecho escuchar cada domin­go en Epecuén por casi 50 años, en especial los días 4 de octubre, cuando Epecuén festejaba su día patronal, descansa hoy en la Iglesia de Carhué, junto a otras imágenes religiosas rescatadas. Desde ese año de 1991 solo se volvió a escuchar dos veces más: en 1992 en el famoso Corte de Ruta, y para los 25 años de la inundación de Epecuén, el 10 de noviembre de 2010, cuan­do fue llevada por los bomberos hasta la Estación del Ferrocarril para inaugurar el Centro de Interpretación y Museo de las Ruinas de Villa Epecuén.

Haciendo historia sobre la capilla Santa Teresita, a poco menos de 10 años de fundado el pueblo de Epecuén, un día del verano de 1929 un grupo de turistas y vecinos influyentes del incipiente lugar de veraneo, decidieron erigir una capilla en donde efectuar misas durante sus prolongadas estadías. Así al año siguiente, el 12 de enero de 1930, colocaron la piedra fundamental de la pequeña capilla, em­plazada en el loteo efectuado en 1922 por la sociedad anónima Bal. y Termas Mar de Epecuén, que presidía Arturo Vatteone.

A partir de ese año se emprendió la tarea de reunir fondos y se encomendó la obra a Plácido Paghera, gran constructor local de la época que levantó también la residencia de dos pisos del Ferrocarril Oeste. El edificio de la capilla estuvo cul­minado en 1932 y para erigirlo la Comisión Pro Capilla se valió de rifas, bailes, espectáculos y donaciones.

Fue levantada en un terreno de 30 x 50 propiedad de don Miguel Díaz, que en 1935 fue adquirido por la Arquidiócesis de La Plata. La capilla tenía una superficie de casi 300 m2, y estaba emplazada en la calle Rivadavia, entre Talcahuano y Avda. de Mayo.

Es necesario recordar los nombres de algunas personas que, sin ser oriundos de Carhué ni Epecuén, hicieron posible la obra: Éstos fueron el Cap. De Fragata Luis E. Cartasso y José M. Caula, presi­dentes de las comisio­nes desde 1934 a 1936 y 1936 a 1938, respecti­vamente.

La campana, desde la culminación del edi­ficio, estuvo ubicada a un costado del ingreso al mismo, ya que la to­rre recién se levantó en 1938, y junto con los trabajos de revoque in­terior del ábside. Ese año también, el 13 de febrero, la capilla ha­bía recibido la visita del Obispo Mons. Leandro Astelarra.

A principios de los años 70 se revocó todo el exterior, cambiando totalmente su fisono­mía. Cuando sobrevino la inundación la capilla fue rápidamente des­mantelada, recupe­rando su imaginería y algunos materiales como los vitreaux que, sirvieron luego para la capilla San Cayetano del Barrio Arturo Illia, la que fuera inaugurada el 10 de agosto de 2002. La imagen de Santa Teresita que desde 1985 perma­neció en la iglesia de Carhué, en 2004 fue declarada Protectora del Lago Epecuén y emplazada a su vera en una artística ermita de madera.

LIBRO "EPECUEN. LO QUE EL AGUA SE LLEVÓ" 

GASTON PARTARRIEU. EDIT FELLER.2015

CAPILLA SANTA TERESITA EPECUEN
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