FONDA LA ESPAÑOLA
La Fonda “La Española” fue uno de los primeros alojamientos para viajeros que tuvo Carhué, siendo su propietario Gracian o Graciano Eugui, un español que había llegado a Carhué en un temprano 1883.
Uno de los bisnietos de Gracian fue Rubén Báez Eugui, fundador y director del Museo Dr. Adolfo Alsina por 30 años, entre 1963 y 1993. En 1991 un grupo de estudiantes, entre los que se encontraba quien escribe, lo entrevistaba para un trabajo de investigación de la profesora Olga Ciminari. Don Rubén, de profusa barba gris amarillenta, nos recibía en la oficina de la dirección del museo, espacio frío, solamente templado por una pantalla de gas conectada a la pared detrás de su espalda. Entre estantes llenos de libros, su secretaria sentada en un rincón detrás de una máquina de escribir, sin mucho que hacer, comenzábamos la entrevista.
La primera pregunta que se nos ocurrió fue preguntar qué era eso que parecía una bomba y que justó teníamos debajo de una de nuestras sillas. Su respuesta: una bomba. Claro que no nos cayó bien. Inmóviles seguimos escuchando su solemne tono “….esa bomba la tiraron en 1929 aviones de guerra en unas prácticas que hizo la aviación en Epecuén. Las primeras que se hicieron en el país. No se asusten, está desactivada porque fue un regalo de un piloto galán a Martita Bruni de Carhué, quien después de 50 años la trajo al museo.”
La charla siguió mientras Rubén encendía un cigarrillo con el que había fumado ya, eran unos largos Jockey 120. Al apagarlo, lo tiraba en una lata de 20 litros que tenía a su izquierda. La lata que estaba hasta la mitad de colillas emanaba un olor espantoso. Dentro de un mueble armario de chapa típico de los 70, con su puerta entreabierta, se veía una botella de Ginebra Bols. Aquel prestigio que Rubén había sabido ganarse para muchos ya era un recuerdo. Lejos estaba ese joven buen mozo, de charla amable, un poco “bonvivant” que supo ocupar distintas funciones en la municipalidad, como Administrador del Hospital, Director de Turismo entre otras. La vida lo había modelado, quizá algún desengaño amoroso, quizá alguna cuestión no resuelta, lo habían ido llevando a esos caminos dolorosos tan difíciles de salir.
El objetivo de nuestro trabajo del 4to año del secundario de la materia Historia, era investigar sobre las primeras construcciones del pueblo. Rubén tenía sobre su desierto escritorio un radio grabador marca Philips que usaba para grabar en casetes esas charlas y entregárselas a los “investigadores” escolares. Primero chequeaba el perfecto funcionamiento, mediante la alocución “uno… dos… tresss…probando ….. tres, dos, uno.. probando….”. Acto seguido rebobinaba y daba Play. Volvía a rebobinar. Mientas tanto nosotros nos poníamos cada vez más tensos y serios, como si estuviéramos frente a un examen sorpresa. Quedar grabados en una cinta no era algo que manejáramos entonces.
Y así empezó su disertación: “Después de que se asentasen los primeros pobladores en el nuevo paraje y con el problema indígena[i] ya resuelto en esta zona, un par de años antes de 1880, Levalle comienza a interesarle la idea de traer gente que desempeñase trabajos como, carpinteros, placeros, albañiles, etc., puesto que hacía falta mano de obra para realizar los trabajos que anteriormente efectuaba el ejército. Para esto viajaba regularmente a Buenos Aires, más exactamente al puerto dónde conseguía trabajadores. Por lo general estas personas eran inmigrantes europeos. A los que aceptaban dicha propuesta luego del largo viaje los asentaba en el Fuerte General Belgrano hasta que lograban construirse una vivienda. Esto podía realizarse de esta manera, ya que el fuerte había sido dejado por las tropas en el año 1879, puesto que dichas partieron hacia el sur con Roca para finalizar con la Conquista del Desierto. Por lo general estos extranjeros eran de familias muy numerosas, de origen europeo. Tal es el caso de Gracián Eugui que arribó a Carhué en el año 1883, un 28 de mayo precisamente, acampando en el Fuerte hasta 1885 donde comenzó la construcción de una Fonda, nombre que se le daba antiguamente a los hoteles o mesones, llamada “Española”, ubicada en la intersección de las calles Colón y Rivadavia. Actualmente funciona la Zapatería “Los Gallegos” perteneciente a la familia Blasco.”
La charla siguió hacia otras construcciones pioneras como la de la Fortinera, el Fuerte y otros edificios entonces ya desaparecidos. Con el cassette en nuestra propiedad armamos el trabajo práctico, lo imprimimos y claro, aprobamos la materia. Y allí quedó olvidado el asunto así como el archivo en una PC que aún usaba el sistema D.O.S.
Algunos años después, alrededor de 1996 una copia del mismo fue impresa y donada al museo para quedar encarpetada bajo el Nº 15 “Primeros Pobladores y construcciones antiguas”.
Treinta años después de aquella entrevista, aquel joven “investigador” se convirtió en el director del museo, fundado por el entrevistado y recordado Rubén Baéz Eugui. Las nuevas tecnologías y el enorme cumulo de información que se ha recogido en el Archivo Histórico permiten hoy ampliar aquellos datos que nos aportara en 1991 sobre la historia de la Fonda “La Española” de su bisabuelo.
LA FONDA DE LOS EUGUI
Según catastro municipal la Fonda “La Española” estaba ubicada la sección C, manzana Nº 172, Lote 1 (anteriormente Nº 46 Solar 2) con una superficie de 50 x 50 metros. Dicho solar había sido adquirido por Eugui a la Comisión de Tierras el 5 de junio de 1885.
El edificio que se comenzó a construir poco después poseía dos plantas. En la planta alta se ubicaban algunas habitaciones que eran la casa habitación de la familia Eugui, mientras que en la baja había habitaciones de mayores dimensiones. Allí funcionaba la fonda. Rubén Báez Eugui aseveraba que contaba con veinte habitaciones, cuestión poco probable por sus dimensiones.
“Gracian Eugui adquirió ladrillos al primer horno de ladrillos particular que existió en Carhué, el de la familia Elorriaga que estaba ubicado a orillas del Arroyo Pigüé, en su desembocadura con Epecuén.” “Para los comensales había dos comedores, también de grandes superficies, uno para familias y el otro para hombres solos o transitorios que hacían noche en “La Española”. Además para este tipo de clientes ofrecía corrales en la parte derecha -calle Rivadavia-.”
La fonda también brindaba a los grupos familiares parada para galeras y de carros; las primeras lo hacían en la calle y los otros en la sección de corrales. “Ofrecía varias novedades: tenía un salón bar con las primeras mesas de Billar de Carhué y la zona, toda una novedad para la época.”
Alrededor de 1903 y 1904 el negocio de “Fonda La Española” pasa a manos de Bonifacio Apraiz.[ii] Hasta 1922 la propiedad continúa a nombre de Luisa Valenciaga de Eugui y Otros quienes venden a Eladio Fernández[iii].
El edificio comenzó un proceso de fraccionamiento para nuevos usos. Para 1938 poco era lo que quedada de aquella vieja fonda de dos plantas.
FUNCIONÓ COMO IGLESIA
La actual imagen religiosa de Nuestra Señora de los Desamparados que hoy se encuentra en la Parroquia local (culminada en 1909), durante muchos años tuvo como morada la habitación Nº 1 de la Fonda. “Se había construido un altar para la Virgen, con un mantel de hilo blanco y almidonado. La familia Eugui era muy religiosa.” Argumentaba Rubén.
Antes, la virgen se había reverenciado en otras casas particulares, estimándose el arribo de la misma hacia 1884, siendo donación de la esposa del gral Levalle. El 24 de Septiembre 1886 se erigía como patrona del pueblo Adolfo Alsina (Carhué) a Ntra. Sra. de los Desamparados, días después el 1ro de Octubre Monseñor Aneiros designa al Padre José Ignacio Sarasola como primer sacerdote de Carhué. El 24 de octubre mes de 1886 era creada la Capellanía de Ntra. Sra. de los Desamparados como Capellanía Vicaria, y comenzado a darse misa en la referida habitación Nº1.
“En la actualidad aparte del edificio, se conserva en el Museo Regional de Adolfo Alsina, un mate de plata de la dueña de la Fonda, También se conserva la caja fuerte, que seguramente recogió dinero por muchos años. La misma está en manos de Mario Fernández, dueño de LU25 Radio Carhué cumpliendo una función similar a la que otrora desempeñara.” decía Rubén Báez Eugui en aquel lejano 1991.
PUERTAS ADENTRO
Las fondas en su mayoría poseían comedores y bares y en esos espacios de sociabilización arribaban viajeros, parroquianos, argentinos, extranjeros, hacendados, criadores, agricultores, jornaleros, tipos buenos y tipos malos. El acervo del archivo del Juzgado de Paz local atesora decenas de expedientes que nos cuentan esas historias, algunas muy trágicas. En la “La Española” también pasaron cosas. A continuación se rescataron algunos de esos hechos que ocurrieron paredes adentro.
Asesinato. En 1886 se produce un altercado en el bar comedor que termina con la muerte de una persona. El victimario, italiano, de 26 años y herrero, en estado de ebriedad solicita a su ex patrón allí presente, dueño de la herrería, le arregle la cuenta que le debía, cuestión que este no accedió al ver el estado de ebriedad. Ante esto se le acercó y le tocó la cara de manera intimidatoria, en ese instante intervienen Gracian Eugui junto a otra persona para disuadirlos. El victimario sacó un revólver y efectuó dos tiros que dan a la persona que junto a Eugui habían querido separar, ocasionándole la muerte tiempo después. El dueño de la herrería huyó hacia la casa de un vecino solicitando “toque auxilio” para que venga la policía. El asesino se dirigió a otro bar, saludó y se puso a jugar “barajas”. A los minutos llegó la policía y fue detenido, luego remitido a La Plata tras las averiguaciones y toma de declaratorias a los testigos. Infanticidio. En 1890 una mujer que era mucama y vivía en la fonda da muerte a su hijo recién nacido, arrojándolo a la letrina.
Hurto. En 1904 un alojado denuncia que le robaron pertenencias de una de las piezas de la Fonda, propiedad entonces de Bonifacio Aspray (Aprais?) y su esposa Josefa Brusana, vasca española, de 43 años. Esa noche fue el único hospedado. La dueña declara que el denunciante poco antes le dijo que no le pagaba la cuenta porque no tenía dinero dado que no le pagaban en la máquina que trabajaba (seguramente trilladora). Que como el portón quedaba abierto toda la noche, pueden haber entrado por allí. Declaró el robo de dinero ($65), un cuchillo, la papeleta de enrolamiento y unos tiradores, además del dinero. La dueña de la fonda, declaró que sospechaba que fuera una mentira del declarante para no pagar la pieza que alquilaba.
DON GRACIAN EUGUI
Nacido en el pueblo Eugui, villa viñatera del norte de España en 1842[iv], arribó al país antes de 1874 siendo su primer destino Cañuelas. A Carhué llegó un 28 de marzo de 1883, contando ya con 41 años, instalándose en lo que había sido el Fuerte Gral. Belgrano. Poco después iniciaba la construcción de una fonda/ hotel a la que llamó “La Española”, ubicada en Rivadavia y Colón.
En 1889 junto a otros coterráneos fundó la Sociedad Española. Ocupó varios cargos directivos, incluso la Presidente en 1895. Su esposa Luisa Valenciaga (1844-1932) fue electa madrina del edificio sede y teatro al colocarse la piedra fundacional en 1897.
Según censo de 1895 en el hogar sobre la fonda vivían Gracian Eugui (53), Luisa Valenciaga (44) y sus hijos: Miguel (21) comerciante); María (14), José María (13) y Vicente (9).
Una nieta del matrimonio, hija de José María Eugui, llamada Amelia Dominga Eugui (1907), se casó con Rodolfo Baez (Hijo Natural de Fermina Báez.), siendo uno de sus hijos Rubén Baez Eugui (1928-1996), fundador del museo local.
En los años 90 se le da ese nombre a una de las calles de nuestra localidad, comenzando en Villa Azul, pasando por un costado del Cicles Moto Club y terminado en el terraplén.
1991. Trabajo realizado por: Ezequiel Andres, Mariano Allo, Dario Sanchez, Vanesa Rausch y Gaston Partarrieu
2022. Gastón Partarrieu
[i] Claramente su visión sobre esta cuestión era la de la mayoría de aquellos años: el “problema del indio”. Gran parte de la imposición de nombres de edificios, calles, etc de Carhué se deben a las propuestas que salían desde Rubén y el museo.
[ii] Juzgado de Paz Correc. 1904. Expediente Orden Nro 8.
[iii] Catastro municipal
[iv] Eugui (Eugi en euskera) es una localidad española y un concejo de la Comunidad Foral de Navarra perteneciente al municipio de Esteríbar. Está situado en la Merindad de Sangüesa, en la Comarca de Auñamendi. Su población en 2014 fue de 361 habitantes (INE).Wikipedia.