LOS CICLONES DE 1911 Y 1967

Gastón Partarrieu
CICLÓN 1967 CARHUE

EL CICLÓN DEL 18 DE MAYO DE 1967

Fue en la madrugada de un día jueves cuando se desató este temporal que culminó con intensas lluvias, habiendo desatado su furia en Carhué y Tres arroyos, tal lo cuenta una publicación de tirada nacional de aquel momento.

Titulado “CICLON SOBRE CARHUE” algunos fragmentos nos cuentan lo siguiente:

“Indescriptible pánico causo un violento temporal de viento y agua que se desato en la madrugada del viernes sobre poblaciones del sur de Buenos Aires, Tres Arroyos y Carhué, especialmente esta última, fueron las ciudades que mas sufrieron las consecuencias del ciclón, cuyas ráfagas llegaron a los 115 Kilómetros por hora. Volaron techos, se derrumbaron paredes y una extensa zona quedo sin ninguna clase de comunicaciones. Pese a que los daños experimentados por las poblaciones son cuantiosos, se estima que fue la zona agrícola- ganadera la que padeció los mayores perjuicios, temiéndose que la economía de esa prospera región de la provincia haya sufrido un rudo golpe.”1

Luego continua: “En la ciudad de Carhué, partido de Adolfo Alsina, los daños fueron de magnitud aún incalculable. En un primer momento se temieron casos fatales, pero una vez superada la falta de comunicaciones, se estableció que solo había que lamentar pérdidas económicas.La fuerza del viento tuvo rachas huracanadas de hasta 100 kilómetros por hora, y produjo el derrumbe de varias casas, voló techos, destruyo vidrieras, dejó la ciudad a oscuras y anulo todo tipo de contacto telefónico con la localidad. Poco después de conocerse las consecuencias del fenómeno, gracias a la radio policial, único medio de comunicación viable, desde Bahía Blanca se dispuso que personal del Ministerio de Bienestar Social y de la Junta de Defensa Pasiva se trasladaran hasta el lugar del siniestro para prestar ayuda a los pobladores que hubieran resultado afectados. El derrumbe más espectacular se produjo en la cancha de pelota del Club Social, una de cuyas altas paredes se vino abajo estrepitosamente cayendo sobre un automóvil estacionado en la calle y aplastándolo por completo.”2

EL FIN DEL MUNDO

“Numerosas personas procedentes de Carhué declararon que al despertarse en plena madrugada por la violencia del vendaval, les pareció como si hubiera llegado “el fin del mundo”, tal era el pánico reinante en esos dramáticos momentos. “Parecía un terremoto, y todo se movía a nuestro alrededor; creímos que en cualquier momento íbamos a volar por el aire”.

Horas después del violento meteoro, el tiempo mejoro notablemente y el cielo se despejo, bajando bruscamente la temperatura. Los habitantes damnificados de Carhué e dedicaron entonces al arreglo de sus devastadas viviendas.”3

Muchos aún recuerdan aquel acontecimiento en donde lo más notorio fue la caída total de una de las paredes de la cancha de Pelota Paleta del Club Social. La crónica ilustra con fotografías los daños sufridos, por ejemplo, por Domingo Gitlein quién “se despertó sin techo” y que “un tanque de agua destrozó su ‘chatita’” por lo que debió alojarse en la casa de un vecino hasta poder arreglar los destrozos del techo. En la vieja Estación Epecuén también hubo voladuras de techos y otros destrozos menores. Y las fotografías que se insertan en esta nota corroboran esto.

El semanario local “El Pueblo” hace referencia a los casi tres día en que estuvo cortada la energía, pues habían desaparecido más de cinco km. de líneas eléctricas que venían de Ing. White, lo que atrasó hasta la salida del semanario. Antenas de TV, tapiales, molinos y muchos árboles de los Bulevares, del camino costanero y la Plaza Levalle, fueron los principales daños del suceso.  Ocurría tras un día de intenso calor, esos días de baja presión y extremo calor que uno sabe que algo “traerá”, afectando a una amplia zona del Sud Oeste de la Provincia. 4

Las crónicas periodísticas posteriores relatan casos de temporales similares que ocurrieron en 1977, 1993, 2001 y 2006, faltando consignar uno de los años 80 cuando los añejos pinos de la plaza, frente a calle San Martín, sucumbieron y debieron ser reemplazados. Al ocurrir muchos de estos tornados en zonas rurales los impactos mediáticos casi siempre han sido escasos por lo que es bastante difícil reunir información fidedigna de los mismos.

 CICLONES ERAN LOS DE ANTES

La diferencia entre los ciclones de antaño y los actuales radica básicamente en la precariedad en que vivía mucha gente con sus ranchitos de adobe y techos de paja. Varios datos hallados nos refieren a un gran ciclón ocurrido el 4 de febrero de 1911 que trajo serios inconvenientes para la población pobre, incluso fuentes no confirmadas hablan de fallecimientos. Lo que si se sabe es que aquí hasta hubo una comisión Pro Víctimas del Ciclón que presidió Nicanor Insua5, lo que revela la importancia del hecho. 

Indagando en la red, surgen varios datos más sobre el hecho climático de 1911 que por lo visto fue bastante general en la provincia. En la ciudad de Colón, provincia de Buenos Aires,  recuerda un octogenario poblador que ese verano de 1911 se produjo un "gran tornado" en la zona con graves consecuencias económicas y en vidas humanas: "mi madre vivía en la casa de 23 y 53, en la vivienda de la esquina opuesta habitaba el agrimensor, Juan Escobar, que en esa época realizó el trazado de las calle de la ciudad. Un día se produjo un tornado, la fuerza del viento voló el techo de mi casa. Mi madre, tomó a sus dos hijos y se cruzó a la casa de los Escobar, en el camino, el viento le arrancó a uno de los pequeños de sus brazos, pero alcanzó a llegar a la vivienda y lo salió a buscar. Lo pudo encontrar en lo que es ahora 53 y 25 "calzado" en un tronco. Me dijeron que ese tornado prácticamente no dejó nada en pié y hasta mató a varias personas" concluía este relato Justo Jesús Ríos. 6

En otra fuente, también de Internet y de la misma ciudad de Colón, se dice “Era el lejano verano de 1911. Era también un día más para los colonenses, al menos, eso era lo que se esperaba. Sin embargo, ya cerca del mediodía, el cielo comenzó a oscurecerse. Y la gente a alarmarse.

Los alumnos salieron antes de las escuelas, y los obreros de sus trabajos. Hombres, mujeres y niños corrían a encerrarse en sus hogares, mientras muchos rezaban o leían pasajes de la Biblia. Fue entonces que un viento muy fuerte empezó a hacerse sentir sobre todo lo que a su paso se cruzaba. Desbordados por la situación, los vecinos gritaban y escondían a los niños debajo de las mesas. Algunos se colgaban de los tirantes del techo o se aferraban, amontonados, a los marcos de las puertas. Otros, desesperados, se refugiaban en los sótanos de sus hogares, junto a sus hijos, y quienes estaban a la intemperie, se abrazaban a los árboles más cercanos.

Cuentan que no faltó aquel a quien el viento lo sorprendiera caminando en el medio del campo. Tal como en la alfombra mágica, fue transportado por encima de alambrados, postes y animales, junto a las otras cosas que también volaban como él. Cuando llegó a destino, el cielo seguía turbado, y él se encontraba a gran distancia de su punto de partida. No podemos afirmar este episodio con certeza, aunque lo cierto es que el ciclón se llevó casi el 40 % de los techos de esas antiguas casas de campo. Murieron varios animales, y se produjeron serias pérdidas en la agricultura. El pueblo no fue ajeno a los destrozos, y también resultó perjudicado. La chimenea de la usina eléctrica, que acababa de ser construida, fue completamente arrasada. Lo mismo ocurrió con el molino de la plaza, que apenas siete años atrás había sido edificado para abastecer de agua a los dos carros de riego de la Municipalidad. El ciclón sobrevino a una prolongada sequía, de cinco o seis meses de duración. Ella contiene la clave capaz de explicarnos el origen y la magnitud del fenómeno.”7

También en Miramar ese año de 1911 un temporal destruyó el muelle y rambla que había sido erigido para el incipiente turismo. 8

En nuestro distrito fue también general el vendaval pues existen referencias de lo ocurrido en Villa Maza y Rivera, cuando transitaban sus primeros años de vida. En Villa Maza contaba don José Chaverría en 1996 (85 años) que cuando se efectuaron las primeras romerías españolas, el 19 de marzo de 1911, (quizá no sea esta fecha correcta. n.a.), hubo un ‘ciclón’ que arrasó con todo y destruyó muchas casas. No murió nadie porque estaban todos en la fiesta que la Sociedad Española que se hacía por entonces en los galpones del ferrocarril.”9 

En Rivera por su parte también fue crítico este ciclón de 1911. En esos años, insertos en un ciclo de transición hacia lo seco, como lo fue de 1870 a 1920,  “...comienzan a aparecer los problemas que suscitará la mezcla explosiva del devenir cíclico del clima hacia uno seco, corriendo las isohietas más secas hacia estas localidades junto con el monocultivo cerealero en esos suelos delgado y de textura gruesa. Después de las buenas cosechas de los primeros años con el Ciclo Climático Húmedo, pierden su fertilidad, son arrastrados por el viento y se forman médanos. Pero no se tenía "historia" de los ciclos del clima (bufonarramente se hablaba de "caprichos del clima") en esa Pampa seca y fría, con heladas tardías en plena germinación, violentas tormentas de viento y arena o de granizo que interrumpen la cosecha o la inutilizan, como en el verano de 1911 (el “ciclón” del 4 de febrero provoca muchas muertes y destruye las casas de Rivera)” se comenta en un sitio dedicado al centenario de Rivera. 10

Es sin duda un interesante tema que se ampliará seguramente cuando se puedan abrir los registros del Archivo del Juzgado de Paz. Quizá sirva esta recopilación para que alguien recuerde o alcance material sobre este tipo sucesos inolvidables para quién los sufrió. 

PUBLICADO EN SEMANARIO NUEVA ERA Nº947 DE MAYO DE 2007

1 Revista “Así” Año XIII. Nº 593 del 30 de mayo de 1967.

2 Revista “Así” Año XIII. Nº 593 del 30 de mayo de 1967.

3 Revista “Así” Año XIII. Nº 593 del 30 de mayo de 1967.

4 Semanario “El Pueblo” Nº 1753 del 20 de mayo de 1967

5 Revista “Carhué 1910”. Publicación

6 Semanario Colón Doce. 09/06/2000. Secc. Historias de vida. Internet.

7 www.colonbaires.com.ar

8 www.miramarense.com.ar

9 Etchezar, Elsa Virgili De; Cepero, Estela M. Gimenez De; Cardoso José L. “Villa Maza. Raíces Y Voces Centenarias. 2007. p. 9

10 www.riveraycolonias.com.ar/nuestrahistoria

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