LOS CUATRO CEMENTERIOS DE CARHUE

LOS CUATRO CEMENTERIOS DE CARHUE

Un 12 de diciembre de 1986 concluia el operativo de evacuación del cementerio de Carhue y Epecuen, quedando abandonado y sepultado bajo agua por muchos años. Si hay tema que aún trae controversias y dispares opiniones es el del viejo cementerio. Demolerlo o no, un jardín de Paz, o tomarlo como ruinas arqueológicas y paseo son algunos de los proyectos que se han escuchado. Estas líneas solo pretenden incursionar en los lugares que sirvieron en nuestro pueblo para depositar nuestros muertos. Hecha la aclaración, comencemos:   

EL PRIMER CEMENTERIO

Durante 1981  en la manzana 184, en la que se emplazaba el viejo corralón municipal, hoy Casa de la Cultura, mientras se llevaban a cabo tareas de zanjeo necesarias para colocar tanques cisternas, los operarios dieron con varios cuerpos humanos enterrados, en los que debían haber sido rústicos féretros, con restos de botas, cinturones y botones de chaquetas militares. Inmediatamente se contactó con arqueólogos que efectuaron un rescate de emergencia y llegaron a la siguiente conclusión: “...consideramos por lo tanto, procedente suponer que durante esta primera etapa de la ocupación, que extendiéndose desde abril de 1876, hasta los primeros meses de 1877, debióse destinar un sitio en las cercanías del Fuerte, para cementerio. Aunque sobre él, no da noticias el jefe de la Expedición, sabemos que registráronse muertos, y dada la situación de peligro en que vivieron las fuerzas nacionales durante los primeros meses de la ocupación, es procedente inferir que aquellos fueron sepultados en algún lugar próximo al campamento, y que bien podría haber sido el lugar en donde se produjo el hallazgo que nos ocupa, el primer cementerio militar”1. Durante dicho hallazgo casual se descubrieron 7 enterratorios, algunos con ataúdes y otros no, lo que refuerza esta teoría. Ahora cabe una pregunta: ¿cuando se comenzó a trasladar al comercio alrededor de la plaza, dicho cementerio, distante a tan solo dos cuadras, se habrá continuado utilizando?.

En 1984 se promulgó la ordenanza Nº 36 creándose en la manzana 184 la Plaza del Soldado Desconocido de las Campañas al Desierto, estableciéndose el traslado del corralón a un nuevo sitio alejado del centro y las ex caballerizas serían destinadas a un Museo de Herramientas rurales, usos y costumbres de la ciudad y del Agro. Motivado por esto, el diputado local David Hirtz presentó un proyecto de ley para erigir un monumento provincial en dicho sitio que, en 1991 acompaño una declaración al gobernador firmada por Osvaldo Mercuri, presidente de la cámara provincial, proponiendo la construcción de dicho monumento. Lo cierto es que hoy en esa manzana se halla la Casa del Niño, el Jardín 901 y la Casa de la Cultura, quedando un pequeño espacio en donde se han emplazado el Museo Rural.

SEGUNDO CEMENTERIO

En 1884 cuando se diseña el definitivo pueblo se otorga la manzana Nº3 Secc.D, hoy quinta Nro 97, para cementerio, distante a  más de 11 cuadras de la actual plaza con dirección norte. ¿que sucedió con los muertos entre 1877 y 1884?. Por ordenanza del 22 de diciembre de 1897  se dispone trasladar los restos del cementerio de la actual quinta 97 al nuevo cementerio (inundado en 1985)2. El 23 de octubre de 1899 el intendente Pedro S. Gallo ordena, exhumar todos los restos que no habían sido retirados y trasladarlos al Osario General del nuevo espacio3. Lo cierto es que esa manzana o quinta se halla hoy bajo agua.

TERCER CEMENTERIO

El cementerio que cubrió el agua fue habilitado en 1897.  Ese tipo de cementerio que aún perdura en la mayoría de los pueblos es testimonio de una época, en donde las familias adineradas erigían templetes, o panteones, especies de moradas para que la familia este reunida en la eternidad. Siempre se ubicaban en la calle central, a la que se accedía por un gran portón que permitía ingresar a las pompas fúnebres tiradas por caballos.

Los no tan pudientes accedían a un la sección nichos y los más, a simples sepulturas en tierra. Así eran la mayoría de los cementerios y el nuestro no escapaba a la norma.

Una crónica de 1910 dice de la obra del Int. Tomás G. Rios “En la necrópolis, hizo levantar las paredes a fin de evitar espectáculos emocionantes a la vista del público; colocación de verjas de hierro en todo su contorno, sobrepuestas a las paredes levantadas, cosa que a la vez de proporcionar estética quedan a la vista los panteones que existen y entre otras mejoras de capital importancia, el arreglo perfecto de un camino que conduce desde el pueblo a ese paraje.”4

La primera sección de nichos comenzó a construirse durante 19185 en la administración del int. Dr. Javier L.M. Erize, continuándola el int. Altube, habilitándose en 19206.

De los registros de Cementerio de 1915 a 1942 que el museo junto a antropólogos se encuentran relevando para estadísticas, surgen que: de 139 fallecidos en 1915, tan solo 13 fueron depositados en panteón, siendo el resto depositados en sepultura. Este 10 % de sepultados en Panteones se mantendrá con algunos altibajos hasta la popularización de los nichos; Otro dato interesante es que fueron sepultados más de 4000 muertos de Carhué y San Miguel7 , entre 1915 y 1942. 

Para 1955 Carhué había triplicado su población y el Cementerio, pese a los dos cuerpos de nichos efectuados en los años 20 estaba casi cubierto, no existiendo nichos ni lugares para bóvedas lo que resultaba “...todo un problema para los deudos.” 8. Una editorial reclamaba una o dos manzanas más de ampliación del cementerio, lo que hizo que el municipio tome la Resolución nº 3920 que daba treinta días para regularizar las deudas del Tablón 1º Sección 9ª, cuyos arrendamientos se encontraban vencidos en 1939 y 1940, caso contrario pasarían al Osario general. Dicha resolución establecía también que en dicho sitio de destinaría para la construcción de nichos, panteones o bóvedas.9

En 1957 se adjudica la construcción de 102 nichos más al constructor local Julio Teodori.10

En 1963 se efectúan arreglos que los conocemos gracias a una interesante solicitada que dice así: “ ...solo me guía el único propósito de ver con satisfacción, que al fin alguien o algunos se han acordado de que a nuestro cementerio le estaba haciendo mucha, pero mucha falta, el arreglo que hoy se le ha hecho. [...] anteriormente solo era matemático ver gran despliegue de obreros 15 días antes del 2 de noviembre, como si fuera una promesa de años y no una necesidad a la vista. Los trabajos se realizaban en el interior, del exterior nada se decía o se hacía, salvo regar las calles, gran abundancia de agua, trabajo realizado por el o los camiones regadores. [...] también ese detalle se ha tenido en cuanta, hay varias canillas distribuidas en forma tal que no habrá necesidad de hacer la consabida cola... . También se cuenta con buenos baños, con una calle central que le da otro aspecto. [...] Podemos decir lo mismo de la fachada, que ha sido refaccionada  en toda su extensión [...].” También dice la solicitada que se colocaron las baldosas a las veredas de la entrada y que ningún detalle fue descuidado, agradeciendo al comisionado (Dr. J.C. Senepart), a su secretario y demás personal.12

 Diez años después, el 11 de diciembre de 1973, se inauguraba el asfalto que lo unía con el camino a Epecuén y que pasaba por detrás del Cristo como bifurcación.

De esta manera el cementerio de Carhué fue acogiendo durante más de 90 años nuestro difuntos, que haciendo un cálculo estimativo de 80 fallecidos promedio, fueron depositados allí largamente los 7000 cuerpos, lo que no significa que existieran la misma cantidad de tumbas, desde ya.

Pero para 1985 el cementerio estaba rodeado por las aguas del Lago Epecuén. Roberto Laspiur en su libro “Cien Días en la Inundación de Epecuén” nos relata de manera cruda y por momentos increíble como se vivieron esos instantes. Para el 17 de noviembre de 1985 ya en las Fuerzas Vivas se discutía en sobre el agua que llegaría al cementerio, que si bien estaba retirada aún, crecía día a día.13 Un comunicado de la Comisión de Defensa Civil publicado ese mismo día decía que se estaban reforzando las defensas del cementerio, y que no obstante ello, los familiares podían retirar a sus muertos, tan pronto como se repare el camino, impidiéndose hasta esto dicha tarea14.  

Los ingenieros de las Fuerzas Vivas midieron y en base al volumen hídrico aguas arriba constataron que el cementerio quedaría totalmente bajo varios metros de agua, aún cuando el agua estaba a dos mil metros del mismo15. “No podíamos comprender cómo la marca, que habían pintado los ingenieros un metro más arriba de los portones de entrada al cementerio, podría cubrirse con el agua. Parecía imposible”16 escribe Laspiur.

Desacuerdos entre este grupo y el municipio hicieron que no se evacué inmediatamente el cementerio, haciendo que esto se comience a efectuar en diciembre, cuando la única manera de llegar al mismo era en bote o lancha. Cierto es que muchos no hicieron caso a la orden de Defensa Civil y retiren sus muertos, inflingiendo la orden dada. Laspiur relata: “A veintiséis días de la inundación, el problema se había agravado, mejor dicho ya no tenía solución” 17 

Los cementerios de los pueblos vecinos estaba colapsados por los muertos de Carhué, existiendo gente que cobraba para realizar dicho trabajo, féretros depositados en galpones, campos, camiones o en casas. Fue un verdadero caos.

A mediados de 1986 el municipio, con fondos provinciales contrató a una Empresa para retirar los féretros que quedaban bajo las aguas. La misma fue Pronar-Samic Y Servicios Marítimos S.A. empresa relacionada a la extracción de sulfato en Epecuén, la que dispuso de 6 buzos y una gran barcaza utilizada para extraer sal, trabajando durante 6 meses de ardua labor, pues había que romper nichos y bóvedas debajo del agua. Luego se numeraban los féretros retirados según la ubicación y se trasladaban al nuevo cementerio18.

El 12 de diciembre de 1986 se culminaba dicha tarea, habiéndose retirado un total de 2.391 féretros19. Sobre este proceso no debe dejar de leerse el capítulo cinco del libro mencionado para tener una cabal idea de lo que fue para la comunidad esta tristísima etapa de 1985-1986.

Hoy a más de 20 años el viejo cementerio sigue siendo un tema recurrente. En 1997 hasta una encuestas se efectuó para conocer la opinión de la gente sobre las ruinas del viejo cementerio en relación al turismo, incluso tiempo más tarde se había ideado un proyecto para crear rodearlo y efectuar dentro un jardín de paz.

Pero así se continuó hasta que en 2004 ante la gran bajante de la laguna, que superaba ya los dos metros, se decidió bajar a pelo de agua los cúpulas de los panteones, pero lejos está de ser resuelto, cuando en menos de 2 años el agua se habrá retirado totalmente. .

CUARTO CEMENTERIO

Por su parte este, nuestro último cementerio nació mientras se evacuaba el anterior. En diciembre de 1985 las Direcciones de Planeamiento Municipal y Provincial determinaron su nuevo emplazamiento: un predio de 200 mts de frente por 300 de fondo ubicado en el vértice norte de la Chacra del Ministerio de Asuntos Agrarios que cedió dicho espacio20. Durante 1986 se comenzaron las tareas para efectuar las primeras nicheras, obra que se licita el 26 de junio a Rosón Hnos.21, mientras tanto la mayoría iba a sepultura, existiendo hoy muchos NN que fueron rescatados en aquellos momentos.

Luego vendrían en 1988 obras como los baños, la capilla y el osario con el Ángel22. Desde su habilitación de emergencia, el nuevo cementerio, muy diferente a los antiguos y con una concepción atenida a los tiempos que corren, no ha dejado de ser mejorado y ampliado, siendo un agradable, si la palabra es correcta, espacio para nuestros fallecidos. 

PUBLICADO EN SEMANARIO NUEVA ERA Nº 924 DE DIC DE 2006

1 Informe Trabajos Arqueológicos. Hallazgo restos Humanos en Carhué 1981. M.Perez Meroni. Ma. Elena Gonaldi. Carpeta nro 10 Archivo. 

2 Semanario “El Eco de Carhué” Nro. 38 de 1899.

3 Idem anterior

4 Carhué 1910. Álbum del Centenario.

5 Álbum Radical de 1924. Intendencias de Erize, Altube, Rosso y Razquin

6 Registro Cementerios 1915-1942. Oficina de Cementerios.

7 idem anterior

8 Semanario “El Pueblo” Nro. 1217 de 1955

9 Semanario “El Pueblo” Nro. 1219 de 1955

10 Semanario “El Pueblo” Nro. 1276 de 1957

12 Semanario “El Pueblo” Nro. 1575 de 1963

13 Laspiur, Roberto. “Cien Días en la Inundación de Epecuén”. Edit. Dunken. 2005. p51

14 idem anterior.

15 Laspiur, Roberto. “Cien Días en la Inundación de Epecuén”. Edit. Dunken. 2005. p115-121

16 idem anterior

17 idem anterior p. 116

18 Idem Anterior p 119.

19 Semanario “El Pueblo” III ERA. Nro. 21  de 1986

20 Semanario “El Fortín” Nro. 59 de 1985

21 Semanario “El Pueblo” III ERA. Nro. 7  de 1986

22 Semanario “El Pueblo” III ERA. Nro. 88  de 1988