FARMACIA HERRERA
En 1914 se instala en Carhué el farmacéutico Vicente Herrera Murillo abriendo su “Farmacia Herrera”.
Al fallecer Don Herrera Murillo en 1954, poco después es adquirida por Alfredo Uribe Echeverría pasándose a denominar 'Farmacia Uribe' que la tendrá hasta alrededor de 1962 cuando se traslada a Cba. Aquí queda como propietario Enrique Portela, que había ingresado como auxiliar con Herrera Murillo. En 1971 adquiere la propiedad, siempre trabajando con profesionales farmacéuticos, Juan Maurín, Vita, Cravero y por muchos años Edgardo Chiodi de Carhue). En la actualidad su hijo Enrique Portela es el farmacéutico a cargo. Enrique padre con largos 84 años ha dejado de ocuparse de la farmacia tras más de 60 años. En 2023 se mudan al nuevo local ubicado en frente.
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VICENTE HERRERA MURILLO
Nacido en Jarem, Asturias (Esp) llega a la Argentina y comienza a estudiar farmacia en la UNLP donde obtiene el título. Fue farmacéutico de la Asistencia Pública y del Hospital San Juan de Dios de La Plata, además de trabajar en un Laboratorio de análisis químicos y bacteriológicos.
Alrededor de 1914 se radica en Carhué abriendo la Farmacia. Años, más tarde le compra la prop. Francisca Ceraolo de Trezza.
Tuvo activa participación en la conformación del de la SA 'Balneario y Termas de Carhué sobre La Isla'. Así como en los treinta en el Centro de Comercio, incluso efectuado discursos ante el Gobernador Fresco en su llegada en 1936.
Fue desde 1931 Vice-Cónsul Honorario de España en Carhué además de pte. de la Sociedad Española.
Hacia los años 50' crea el jabón Polisal, compuesto por un 10% de sales y barro del Lago Epecuén. Fue un producto registrado y poseía un laboratorio en Buenos Aires, tenía como empleados a Emma Castagnola y Juan P. Nicolao.
Plegado al movimiento Franquista, fue Jefe Local de Falange Española Tradicionalista y de las JONS. De afiliación conservadora, tuvo grandes disputas con los editores del semanario 'El Pueblo' (radicales) participando mediante solicitadas en el 'El Progreso'.
Su trabajo como Vicecónsul Honorario Español fue intensísimo, cientos de personas venían buscando noticias de sus familiares, pues primero por la Guerra Civil y luego por la 2da Guerra Mundial, habían perdido contacto.
Se casó con Celina Narbaitz, hija de Juan Martín Narbaitz, cuyos hijos Juan Martín y Juan Bautista fueron intendentes radicales lo que habrá creado seguramente serios roces y disputas familiares. Tuvieron dos hijos, Carlos y Alberto quienes de jóvenes se radicaron en Bs.As. y La Plata, respectivamente. Un cáncer de Colón carcomió la salud de Don Vicente. Cuenta Enrique Portela, quien comenzó como cadete, que era un tipo de esos, cabales, integro, buen padre, buen maestro. “En su último viaje a Buenos Aires, la despedida que le propinó a su personal fue diferente, más sentida, como premonitoria y final. Nunca les daba un beso a sus antiguas empleadas. Y esta vez lo hizo. “Lo recuerdo sentado atrás, en su Plymouth modelo 1936, cabizbajo. Hizo un último saludo con su mano. Nunca más volvería. Es que era un hombre inteligente y sabía lo que le sucedía.”. Falleció a los pocos días, un 3 de noviembre de 1954 en Cap. Fed., promediando las 6 décadas, tras 42 años de desempeño profesional.