LA EXPLOTACIÓN DE SULFATO DE SODIO. PARTE I

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HISTORIAS NUESTRAS Y SUS PROTAGONISTAS:

Las Fábricas e Industrias de Carhué. La Explotación Salina. Nota 1

A partir de esta entrega comenzaremos a indagar un poco en la historia de una industria que nació antes del comienzo de Epecuén, es decir antes de 1921, cuando Arturo Vatteone inauguraba el balneario ‘Mar de Epecuén’. Puede decirse que la vida de Epecuén y gran parte de la de Carhué estuvo ligada a este mineral y su explotación, tanto industrial como turística. La interrelación existente entre el comportamiento de este recurso y como lo cuidamos, con nuestro desarrollo, prosperidad o estancamiento es increíblemente enorme. Muchas veces cargamos culpas a gobiernos o políticas, cuando el solo hecho de observar más nuestra naturaleza y la experiencia de quienes nos precedieron, encontraríamos respuestas a sucesos o procesos en que vivimos y no sabemos el porque, y lo que es peor no le vemos solución o buen camino. Dicen con acierto que casi todo fue ya hecho o inventado. Es cuestión de indagar en la historia para asimilar esas experiencias.

LOS PRIMEROS ANALISIS  

En plena tarea de ocupación de esta zona por parte del Ejército Nacional, el Ing. Militar Jordan Wysocki, a cargo de las tareas relacionadas a la fortificación y relevamientos, efectúa el primer análisis de la laguna: “La Laguna Epecuén recibe las aguas de los arroyos Pigué, Pichi Pul y Sanquilcó. Forma un óvalo irregular. Su área se calcula aproximadamente en 18 leguas cuadradas. Sus aguas contienen un 26% de sal de cocina, cloruro sodium mezclado con una pequeña cantidad de sulfato de magnesium.”1

El primer análisis mineral importante de sus aguas lo hace Roberto Boussu, ingeniero químico radicado en Bs. As. en 1886, a pedido de don Pedro Fino, hombre de negocios local y propietario del Molino Carhué. Carhué estaba en una etapa de crecimiento total y veía como se poblaba de inmigrantes en busca de ‘hacerse la América’. Pero la tierra estaba en manos de grandes y pocos terratenientes quienes veían como única alternativa la ganadería, pues al no haber llegado el tren aún la agricultura estaba en una etapa embrionaria. Entonces había que buscar otras opciones. 

El Ing. Quimico italiano Roberto Boussu, al ver los resultados de su análisis se maravilló con la riqueza mineral del Lago Epecuén. Es esta una buena oportunidad para transcribir una traducción de este documento2 fechado el 8 de enero de 1886:

“He analizado el agua de la laguna de carhué que me ha dado.

Esta agua pesa 7 grados en el areómetro de Baumé.

Fue evaporado 1 litro de esta agua y se obtuvo una cantidad de materias fijas de 340 gramos. No contiene materiales en suspensión en cantidad notable. Lo que contiene no es más que un poco de tierra.

Pasando luego al análisis de las materias fijas se encontró: Magnesia (Oxido de magnesio), cloro, ácido sulfúrico, soda (hidróxido de sodio) y un poco de ácido carbónico, que forman: Cloruro de Sodio (Sal marina), Sulfato de Sodio, Carbonato de Sodio. Pequeña cantidad de Cloruro y Sulfato de Magnesio.

Se determinó la cantidad de estos cuerpos.

No se ha analizado mas que las aguas ya que la extracción no tendrá lugar mas que sobre ellas.

Las cantidades obtenidas son: En un litro de Agua:

202 gramos de cloruro de sodio o sal marina.

137 gramos de sulfato de sodio.

1 gramo de carbonato de sodio.

Trazas de cloruro y sulfato de magnesio.

340 gramos de materias fijas en total. Lo que confirma la justeza del análisis; haciendo la suma de las materias antes nombradas se encuentran los 340 gr obtenidos antes por evaporación.

En definitiva esta enorme cantidad de sal marina y de sulfato de sodio puede ser usada industrialmente.

Es inútil insistir sobre las aplicaciones diarias de la sal marina, sea para uso doméstico, sea para la industria, donde sirve para la fabricación del Sulfato de Sodio y del Ácido Clorhídrico o Muriático.

El sulfato de sodio es usado en cantidades enormes en la industria para la fabricación del vidrio y sobre todo para fabricar la soda comercial (Carbonato de Sodio)

Puesto que se tienen estos 2 cuerpos: sal Marina y Sulfato de sodio reunidos en cantidad tal que hay grandísima probabilidad que se puedan extraer con provecho, se presentan estas 2 cuestiones:

Evaporar el agua completamente, se retiran así las 2 sales mezcladas y se mandan a Europa donde se hará la separación y se utilizaran cada una para su uso.

En este caso, que parece más simple, puesto que no hay necesidad de ninguna máquina complicada, no hay más que saber el precio de venta en Europa, y realizar un contrato con una casa de allá, la que recibiría toda cantidad extraída. Nosotros aquí, sabiendo rápido el precio de extracción, el embalaje y el transporte por nave hasta Europa, podemos calcular enseguida, mas o menos el beneficio. Todo se reduce, en este caso, a saber el precio de venta de la mezcla de las 2 sales en Europa.

Separar aquí mismo las 2 sales, emplear la sal marina para los saladeros, en lugar de la sal que se trae de Cádiz y mandar el sulfato de sodio a vender en Europa. 

Aquí habría mas beneficio seguramente, pero exigiría más trajo para comenzar.

A mi me parece que lo más simple por el momento es ver si se puede conseguir con la primera manera y luego, una vez que tenga un cierto beneficio con esta forma, emplearlo para poder trabajar con el segundo método, que daría seguramente más provecho.

Por tanto todo se reduce por el momento a saber:

El precio de venta de la mezcla de las 2 sales en Europa para poder luego calcular los provechos posibles.

El precio de venta del sulfato de sodio solo, admitiendo que se quiera de pronto trabajar con el segundo método.

Ciertamente, la sal marina se podrá vender aquí en el país con beneficio seguro.

Los capitales a emplear no son enormes, y me parece (ciertamente cada uno da su parecer sin ser por eso más responsable) que si pudiere hacerlo usted mismo sería mejor.

Aprovecho de la ocasión para saludarlo atentamente.

Roberto Boussu. Ingeniero Químico. 289 Victoria 289

Altos (Escalera a la derecha)

 

Para darle una idea de las cantidades respectivas de sal marina y sulfato de sodio contenidas en el agua que me ha dado para analizar y aquellas contenidas en el agua del mar, de donde también se extraen estas sales le diré que:

1 litro de agua de mar

contiene:

Cloruro de sodio o sal marina:    25,1 gr

Sulfato de sodio:                            6,0 gr

Total de materias fijas por litro:   31,1 gr

 

1 litro de agua de carhue

contiene:

Cloruro de sodio o sal marina:     202 gr

Sulfato de sodio:                          137 gr

Total de materias fijas por litro:   340 gr

 

10 veces mas sal en el agua de Carhué que en la de mar.

Vengo de recibir su carta con $ 20; no tengo el tiempo hoy, pero de aquí a tres días a lo sumo, le escribiré cosas importantísimas; por eso, de aquí hasta mi carta, le ruego de no decir públicamente mi nombre por haber hecho este análisis.

Lo saludo atentamente. Roberto Boussu  ”3

¿Que habrán sido las cosas importantísimas que debía decir el químico? Nunca lo sabremos. El pedido de que no se revele su nombre tiene que haber estado relacionado, probablemente, a algunos contactos que Boussu pueda haber hecho o a su propio interés en la explotación. Vaya a saberse. Lo cierto es que Pedro Fino nunca concretó nada. Tampoco hay muchas referencias sobre la explotación de la laguna en esos años. La clave puede haber estado en que el tren recién trajo su silbido a Carhué casi 13 años después, allá por 1899.

Por otra parte la estación más cercana a la laguna fue habilitada por el FFCC Oeste en el año 1903, lo que hace presumir que a partir de ese momento la importancia de la explotación del sulfato haya sido vista como una real posibilidad. Otro interrogante surge. ¿Por qué se emplazó esa estación a menos de 8 Km. de la de Carhué? 

LOS ANÁLISIS OFICIALES

El historiador local de Epecuén y su tragedia, Julio Fernández Badié4, comenta que hacia 1903 la laguna tenía 373 gramos de minerales por litro. Si bien no esta referenciado en su libro la fuente de este dato coincide justamente con la llegada del Ferrocarril Oeste y el comienzo del arribo de turistas anoticiados de las aguas milagrosas de la laguna. 

Gracias a los comentarios elogiosos de los primeros bañistas que encontraron en la Laguna Epecuén su remedio, años más tarde, en 1909 el Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. de Buenos Aires le da un respaldo científico-médico a sus aguas, mediante un estudio minucioso que repercutiría notoriamente. Una importante cantidad de científicos arribaron a Carhué, entre los que podemos citar a Dr Silvio Dessy (Prof. de la Fa­c. de Medicina de la UBA y Director del Instituto Biológico Argentino de Florencio Varela), el Dr. F. Malenchini (Director de Higiene de la Provincia y Prof. Titular en UNLP), el Dr. L  Mosna (Químico y Prof. de la UNLP), y el Dr. J. V. Garat (Ex-Di­rector de Salubridad de la Provincia) quienes estudiaron los diversos componentes minerales del agua. Los análisis fueron tan completos que  permitieron la explotación como recurso minero de Epecuén y luego como centro turístico.

LA PRIMERA EMPRESA EXPLOTADORA

Personas allegadas a estos científicos y al Instituto Biológico Argentino, crearon inmediatamente una empresa que se llamó “Minas Epecuén S.A.” para la explotación del recurso minero de la laguna Epecuén. Logran así la explotación de la laguna por 99 años, siendo su propósito extraer sal,  llevarla a Buenos Aires en donde se ofrecía para uso medicinal, así como sal a granel para baños particulares o para la industria del vidrio y textiles.

Fernández Badié comenta que hubo empresas nacionales importantes que se abastecían con la sal de Epecuén. Nombra que, tanto directa o indirectamente, firmas industriales como Delbene Hnos, Duperial, Cristalerías Rigolleau adquirían la preciada sal de Epecuén. Agrega además que “...una empresa llegó a tener una vía de trocha angosta desde la costa del lago hasta la misma estación Epecuén, que tenía un desvió adaptado para cargar a granel sulfato de sodio y cloruro de sodio. Otras empresas lo hacían por la estación Tres Lagunas, [...]”5

Según datos tomados de Internet se infiere que la primer concesión minera oficial en la laguna fue dada en 1908 a ‘Minas Epecuén S.A’. registrada bajo el nombre de mina de sulfato ‘Mina Epecuén’, Expediente nº D-23/1908, ubicada en Circ. V, del Partido de Adolfo Alsina.6.

Agrega Jorge Lacoume, historiador local que: “... el medio de trasporte utilizado era el ferrocarril, y las cargas partían desde la ‘media estación’ del Ferrocarril Oeste (llamada así por no prestar servicio de pasajeros). Para alcanzar esta estación, la sal era llevada en vagonetas tiradas por caballos desde el lugar de acopio sito en la playa. El sistema de tendido de rieles de pequeña trocha por el que circulaban dichas vagonetas, requirió trabajos previos de nivelación de terreno, para lograr la necesaria superficie plana”7. Este mismo tendido fue utilizado en las épocas de sequías como manera de hacer llegar turistas al lago, según las nos revelan algunas fotografías. Hasta la próxima entrega.

GASTON PARTARRIEU

PUBLICADO EN SEMANARIO NUEVA ERA NRO 973 DE 2007

1 Ministro de Guerra y Marina. “La Nueva Línea de Frontera. Memoria Especial. Año 1877”.  Eudeba. 1977. p315-316.

2 Documento D-228 donado por Esteban Fasolo al que le fue entregado por la Vda de Pedro Fino

3 Traducción efectuada por el Sr. Edgardo Chiodi a quién se le agradece la desinteresa colaboración.

4 Fernández Badié, Julio. “Inundaciones en la Pcia de Buenos Aires. Caso Lago Epecuén.” Edit. Dunken. 2001. p46-47

5 Fernández Badié, Julio. Op. Cit.  p48-49

6 Internet. Boletín Oficial Gobernación Pcia de Bs.A. Sección Oficial. Varios. Ministerio De La Producción Dirección Provincial De Minería. 27 de enero de 2006.

7 Sem. Nueva Era del 6 de junio de 1996. Secc. Reminiscencias

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