R. P. EUGENIO TUNKEL
(1915 Hungria-2001 Argentina)
Sacerdote que en Argentina desarrollado su labor eclesiástica en Rafael Calzada, más tarde en el Seminario de Pueblo San José, pasando San Miguel Arcángel (1966-1984) y en la Iglesia de Espartillar (1985-2001) hasta el final de sus días.
Falleció en funciones sacerdotales el 11 de junio de 2001 como consecuencia de una neumonía que lo aquejó por largo tiempo. Tenía 86 años. Pertenecía a la congregación misionera del Verbo Divino.
El 12 de abril de 2001 había celebrado sus 60 años al servicio de Dios y de la Iglesia con una serie de festejos en su honor que tuvieron lugar el 29 de ese mes en Espartillar. Ese día todo el pueblo de Espartillar se congregó en el ingreso para esperar sus restos mortales y acompañarlos luego a la necrópolis de Pueblo San José. Hoy en Espartillar una calle lleva su nombre, lo mismo que el natatorio municipal.
LOS ORÍGENES
Nació un 1º de noviembre de 1915 en Hungría, en un pueblo sobre la frontera con Austria en donde el idioma hablado era el Alemán y para aprender el húngaro debía ir a la tarde a la escuela. Después de la 2da Guerra, Rusia impuso el húngaro.
Su familia estaba conformada por seis hermanos varones que trabajaban 5ha de tierra. A los 13 años le pidió a su padre ir al Seminario, un hermano mayor lo siguió hasta Salsburgo (Austria) donde lo iniciaron y permanecieron 7 años. Hablar el Alemán los ayudó. De allí fueron a Viena donde el 12 de abril de 1941 culminó el Seminario. 1991
“El cardenal de Viena me ordenó a mi junto a otros nueve compañeros de más de sesenta. El resto se había ido a la guerra como soldados. Unos 15 murieron. Hoy todavía viven unos 30 de ellos. Nos ordenaron anticipadamente porque se sabía que Hitler iba a invadir Austria, y no sabíamos qué podía suceder, entonces nos ordenaron un Sábado Santo y tres semanas después entró Hitler, nos echó del seminario a todos, fuimos a buscar hospedaje a Viena y allí nos inscribimos en la Universidad Católica para terminar teología. Estuve un año en la universidad y después me llamaron de Hungría.
Allí necesitaban profesores para el seminario y como sabía algo de húngaro me llamaron a mí. Tenía que aprender bien el idioma, daba 30 clases semanales, la administración del seminario, la quinta, ayudar todos los domingos en las parroquias, estaba muy recargado de trabajo. Fue tremendo, en tres años mis nervios estaban "listos". "Después vino lo peor, cuando llegaron los rusos a Hungría y los norteamericanos bombardearon un año entero desde Italia, yo estaba en la Capital, Budapest. Todas las noches nos bombardearon a las 22,30/23 hs. 50, 100 o más bombas diarias. Y nosotros estábamos allí, temblando. Hicimos el refugio bajo tierra, una habitación grande donde estaban los chicos y yo tenía que cuidar a los demás arriba tiraban bombas incendiarias. La gente venía a buscar refugio en nosotros, aconsejarse. Hicimos todo lo que podíamos hacer. Antes de que terminara la guerra, en el '45, nuestro superior nos dijo: "Váyanse a donde quieran ir porque yo no quiero tener la responsabilidad de que, por quedarse, los rusos nos lleven a todos a Siberia". Entonces cada uno fue donde quería, yo me fui a mi casa, allí estaba mi mamá y la cuñada con cinco hijos pequeños y mis cuatro hermanos eran soldados, no estaban. Entonces pensé: No hay nadie en casa, yo voy a casa para defender a la familia. Después me detuvieron los rusos cuando entraron a Hungría, me maltrataron, me pegaban con una pistola, me ponían la pistola en la frente, me robaron todo lo que tenía, no quedó ni una gallina, ni una vaca, dejaron la casa vacía. Vivimos un año sin ver carne, con pan, fideos y porotos. Después fui nuevamente al seminario, se comenzó la reconstrucción de todo. Nuestra casa estaba vacía. Salimos a trabajar campos, sembrar y cosechar. Yo estuve trabajando como un peón. Así empezamos, pero después se vió que eso no iba a durar porque los rusos iban a terminar con todos los seminarios. Entonces, nuestro superior Gral. De Roma nos envió una carta a los que quisieran irse a otro país que presenten su pedido. Yo pedí a la Argentina y mi hermano pidió ir a las Filipinas. ¿Por qué pedí venir aquí? Yo conocía ya, porque nosotros tenemos nuestras revista donde se muestra como se trabaja en distintas partes del mundo. Al principio cuando era jovencito, quería ir a Nueva Guinea. Pero como después ya se me había quebrantado la salud, con los bombardeos y el trabajo duro, me quedé con Argentina, donde el clima es como en Europa. Yo llegué en el '48, el 3 de mayo, al país. Primero hago medio año de estudio de idioma, en Bs. As. yo no sabía nada, nada. Después me trasladaron al primer destino, Rafael Calzada, en el Seminario mayor que tiene aquí la congregación del verbo divino. Estuve quince años en Rafael Calzada, de ahí salí para Cnel. Suárez en el Seminario de la Colonia 2. Estuve sólo con 28 chicos. Era papá, mamá, maestro y todo. Después estuve en San Miguel Arcángel 19 años de párroco. De allí vine a Espartillar hace ya seis años (el 7/2). Haciendo obras por todos lados, ese es mi programa. Trabajando porque como en mi casa, todos teníamos que trabajar porque no había nada, éramos pobres y teníamos que trabajar si no podíamos salir a la calle. Porque no hemos venido para servirnos, sino para servir.”
Entrevista en ocasión a los 50 años de vocación. Nueva Era Nº 106/ 1991