Museo Casa de la Última Fortinera
MUSEO CASA DE LA ÚLTIMA FORTINERA
Pasaron más de 145 años y aún la Campaña del Desierto despierta polémicas. Pero casi todos olvidan que casi la mitad de las fuerzas de frontera fueron mujeres que dejaron todo para vivir, pelear y morir junto a sus hombres.
Al desierto vinieron esposas, novias, madres y hasta prostitutas, algunos investigadores dicen que alcanzaron hasta el número de 4000.
"Las mujeres -dijo el Pte Domingo Faustino Sarmiento -, lejos de ser un embarazo en las campañas, eran, por el contrarío, el auxilio más poderoso para el mantenimiento, la disciplina y el servicio (...) Su inteligencia, su sufrimiento y su adhesión sirvieron para mantener fiel al soldado que, pudiendo desertar, no lo hacía porque tenía en el campo todo lo que amaba."
Se las llamó despectivamente chinas, milicas, cuarteleras, fortineras o chusma. En más de una ocasión fueron agredidas con epítetos degradantes. A medida que llegaban eran rebautizadas por la soldadesca: la Pasto Verde, la Viejita María; Mamá Culepina, Mamá Pilar; la Pastelera y la Pocas Pilchas. Algunas tuvieron nombres humillantes: la Cama Caliente, la Pecho'e Lata, la Vuelta Yegua. Isabel Medina fue tan respetada que no perdió su nombre y la nombraron capitán por su heroísmo en combate. Mamá Carmen fue sargento primero.
Carhué tuvo su fortinera. Doña Domiciana Correa de Contreras había nacido en Bahía Blanca el 1 de agosto de 1851 teniendo junto a su esposo 19 hijos propios y 10 más de crianza, incluso a avanzada edad. Había arribado a Carhue y luego a Puán en 1876 junto a su esposo, el Sargento Antonio Contreras, formando parte de las tropas del Tte Crnl Maldonado.
Radicados en Carhué alrededor de 1890 a los costados del viejo Fuerte Gral Belgrano, el pequeño rancho hacia 1904 fue adquirido por don Juan Marche y donado a Domiciana por haberle salvado un hijo.
Don Antonio Contreras fallece a los 87 años en 1936, mientras que un 29 de agosto de 1954, a los 103 años de edad muere Doña Domiciana.
En su larga vida trajo al mundo decenas de niños carhuenses como partera, siendo también una popular Curandera gracias a los conocimientos adquiridos en su larga vida.
El rancho fue declarado “Lugar Histórico” por la ordenanza Nº 2001 de 1997 momentos en que estaba siendo demolido. Entre 2001 y 2004 se fue recuperando su estructura para contener un museo. Finalmente en 2017 para el día internacional de la mujer se presentó una nueva exposición enfocada al vital rol de las mujeres en este momento histórico
HISTORIA DE LA CASA
DOMICIANA CORREAla última fortinera
DOMICIANA CORREA
(1-8-1850 B. Blanca - 29-8-1953 Carhué)
Arriba a Carhué (o Puán) en 1876 con 26-27 años.
Casada con el Sargento Antonio Contreras, tuvieron 19 hijos. Cuando en 1890 se abre la oficina del Registro Civil (tenía 39 años ya) no figuran hijos suyos, lo que hace suponer que nacieron antes. Es probable que los primeros años los hayan pasado en Puán y su esposo haya estado al mando del Crnl Maldonado.
Pero no solo engendró 19 hijos sino que también crió 10 niños que por diversos motivos sus padres biológicos no pudieron hacerlo. Uno de ellos, Bernardo “Nardo” Ramírez, quien recuerda:
“...el esposo venía como soldado de esa guarnición, falleció en Carhué a la edad de 87 años en 1936 yo tenía 11 años, creo que prestó servicio como policía en Carhué, cuando llegaron a Carhué la municipalidad no existía, eran chozas y tolderías de indios, la abuela, como yo le decía, era ama de casa, y se dedicaba a curar con remedios caseros. Curaba de la culebrilla, curaba de la hojeada (sic), y cuando contaba con más de 80 años atendía de parto a las mujeres, mas o menos del centro, a una distancia donde está el arroyo, iban a lavar la ropa, y la traían doblada arriba de la cabeza. Cocinaba con un brasero de esos de fierro de 3 paras y hacía pan casero en un horno de barro que había en casa, creo que llegamos a tener un Gran Metal (sic) a kerosen, planchaba con una plancha lisa que había que calentaba en las brasas de carbón, ...”
Domiciana falleció a los 103 años de edad el 29 de agosto de 1953 de insuficiencia cardíaca quedando aún en el recuerdo de muchos pobladores, algunos por haber sido curados con medicina de yuyos, otros por haber sido asistidas sus madres en el parto y otros, simplemente, por recordarla sentada bajo el corredor de chapa de su humilde ranchito.
ANTONIO CONTRERA
(1849 Paraná- 27-9-1936 Carhué)
Hijo de Francisco Rodríguez y Josefa Contrera.
Sargento de las tropas de Levalle (o Maldonado) arribó en 1876. Su familia seguía a la tropa. Por la edad es de suponer que participó en la Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay.
Hacia 1892 aparece con 43 años como Policía. En 1903 en Expediente del Juzgado de Paz te dice ser procedente de Puán, tener 54 años y de profesión Jornalero.
Falleció a los 87 años en 1936 de Hemorragia Cerebral Hemiplejía. Sus restos así como los de su esposa y muchos de sus hijos descansan en alguna tumba perdida del viejo cementerio que se inundó en 1986.
ME TRAJO AL MUNDO
Mabel Marta Biotti de Sottovía nació en 1943 es una hija de Adolfo Biotti e Ignacia Maldonado. Domiciana le alquilaba una habitación a sus padres y allí atendió en el parto a su madre para traerla al mundo. Ellos quisieron que sea su madrina.
“Doña Domiciana vivía en la última habitación. El resto se alquilaban y con eso podía sobrevivir, además de lo que le daban por curar empachos, atender partos y otras cosas. Mi papá con mi mamá alquilaban la primera pieza. Ahí nací yo. Por eso cuando me bautizaron fue mi madrina y me regaló un par de aritos de oro que aún conservo.
Todas las piezas tenían puerta al corredor o galería que era techo de chapa y cerrada con maderitas cruzadas como se usaban antes. Ahí se sentaba Doña Domiciana a tomar mate. Recuerdo la azucarera y yerbera de madera con tapitas. Siempre a la pasada le daba un mate a mi mamá.
En la otra habitación vivía Nardo Ramírez, un hijo de crianza. El baño que usábamos era un fondo atrás en el terreno. Recuerdo que había una bomba que usábamos todos los inquilinos.
Cuando papa pudo, nos mudamos a una casita y cada tanto con mamá pasábamos a charlar y tomar mate. Yo tenía 4 o 5 años. Luego vino una mujer soltera, creo se llamaba “Chuchi” Stoessel a vivir allí.
Recuerdo que en su habitación que era toda su casa, tenía un cuadro con una foto de su esposo con uniforme militar, en el respaldo de su cama un crucifijo que luego cuando falleció se puso en su sepultura. Afuera tenía un jaulón con muchos pajaritos que eran su entretenimiento y le gustaban mucho.
Se calentaba con un brasero que también usaba para cocinar. En la cama tenía un “plumón” que es como un almohadón con plumas de avestruz.
Cuando cumplió 100 años le llevaron una torta los chicos de la Escuela Nº1 . Recuerdo que nos contó muy contenta y nos convidó torta.
Cuando falleció se vino a vivir una familia Hollman de apellido a la casa. Luego perdí el rastro de quienes vivieron, si que estaba muy destruida la casa. Me puso contenta cuando se la declaró y restauró luego. Cada tanto le llevaba flores a su tumba pero hoy no se donde quedara.
BERNARDINO “NARDO” RAMIREZ
Fue el último hijo de crianza de doña Domiciana y ella misma atendió el parto de su madre en 1925. Contando con apenas un mes y medio su madre fallece y Domiciana lo adopta como hijo de crianza. Vivió hasta los 29 años en una de las habitaciones de esta humilde casa. Doña Domiciana murió en 1953 en sus brazos.
“Nardo” fue un destacado deportista que sobresalió en distintas actividades aunque la principal fue en el fútbol, donde jugo hasta pasados los 40 años. Lo hizo en el Club Atlético San Martín. Integró también el seleccionado de Puan y el de la liga Carhuense. Ya retirado continuó ligado a las inferiores y al Club de sus amores canchero, preparador, fichador de nuevos pibes, etc. Luego de retirado seguía en la actividad como árbitro de fútbol.
Cuando joven se destaco además como atleta, habiendo corrido 5.000 y 10.000 metros en varias oportunidades. Como maratonista represento al Racing Club, en la pista del Club Villa del Parque, en una carrera de 5200 metros, que gano de punta a punta. Practicó, además, la jabalina y lanzamiento de bala.
En lo laboral fue empleado del Ferrocarril hasta su jubilación. En 1982 se trasladó a Saavedra y en 1990 se radicó definitivamente en Mar del Plata.
En 1997 cuando se declaró Casa Histórica el rancho de Domiciana, envió unas líneas que hoy son un verdadero testimonio histórico.