(Salliqueló 27-feb-1928 – Carhué 25-jun-2021)
Luis Eliseo Giusti nació el 27 de febrero de 1928 en Salliqueló. A los 18 años emigró a Buenos Aires a perfeccionarse en la música, su gran pasión. En Buenos Aires estudió trompeta. “Me decidí a tocar la trompeta y no otro instrumento porque me gustaba de alma, y sé que es mucho más difícil que cualquier otra cosa, porque uno puede tocar un piano sin saber y sale una nota, pero en la trompeta es otra cosa, ya que a la nota hay que saber hacerla.”
“En esos años la gente vivía de la música y había muchas orquestas, integradas por personas que estudiaban; en Capital decidí dedicarme a ser músico de jazz, en los bailes había media hora de cada tipo de música, jazz y típica; en mi caso compartí bailes con las orquesta de típica de Basso, Deangelis, Delpiano, quienes tocaban un rato y luego lo hacíamos nosotros con el jazz, aunque en el primer nivel de la música estaba la orquesta de D'Arienzo que exigía sólo el jazz de sus propios músicos o de Varela-Varelita y Los Bambuco.”
"Generalmente tocábamos en clubes o salones de baile, porque cada institución organizaba un baile y contrataba sus orquestas, por lo que era muy común ver en los clasificados del diario, varias páginas de avisos de la presentación de orquestas.”
También fue integrante de la Banda del Regimiento de La Plata, durante el servicio militar obligatorio.
“En agosto de 1955 me vine a Carhué, entonces era ferroviario y tenía una novia en Salliqueló, así que pedí el traslado a esta ciudad, y así fue como me contacté con la orquesta de César Pirosanto, que en esa época en la parte de jazz estaba integrada por Pirosanto al piano; Lalo Montesano en el contrabajo; José Resnik en batería; y yo en trompeta, mientras que el cantante era Héctor Cafaso. Mientras que la música típica estaba a cargo de Resnik en violín y los hermanos Carlos y Arturo Oserín en bandoneón, a quienes en otro momento reemplazaron Baby Farías y Atilio Folini.”
“Pirosanto era una persona que no era un excelente músico, pero sí tenía mucho oído y viveza para tratar al público y de allí que sea considerada una orquesta muy alegre; el baile comenzaba a las 22:00 y enseguida unas treinta o cuarenta parejas llenaban la pista, no sólo en Carhué, sino en Pigüé, Puán, Casbas, Rivera, Guaminí y otros lugares donde íbamos a tocar.
También alternaron Pedro González y un violinista muy bueno que era de Guaminí, Asprera; también cantó Fontana cuando yo estaba en La Columbia.”
Don Luis Giusti recordó que la orquesta de Leonardo S. Prícolo dedicada más a la música típica, tocaba Leonardo el bandoneón; José Prícolo el violín; Ricardo Nuñez el piano; Lalo Montesano el contrabajo y otro Montesano en la batería; mientras que el cantante era Corbalán; la orquesta se mantuvo hasta la década del 60”
“En 1954 estaba la Orquesta "Melodía" integrada por Armando Buscarini al piano; Leonardo Prícolo y Atilio Folini en bandoneón; Bodín en contrabajo; José Prícolo en violín; y cantaban Héctor Cafaso y Arturo Viñales, que era un excelente cantante melódico oriundo de Bragado.”
En 1956 Luis Eliseo Giusti decide formar su propia orquesta: "Con un amigo de Salliqueló formamos " Columbia" junto a Lalo Goncálvez en saxofón y bandoneón; Luis De Oar al piano; Miguel Mancuso y Ruppel en bandoneón; y yo en trompeta, a quienes en algunos bailes llegó a acompañar Atilio Folini que también lo hacía con Pirosanto. Sólo estuvimos tocando por un año y como no teníamos un trabajo estable, se divolvió y en mi caso volví a tocar con Pirosanto, hasta el año 1968 en que dejé de tocar. La orquesta Pirosanto se mantuvo con otro integrantes por unos cuantos años más, hasta la década del 70".
“En Carhué tocábamos en “El Lido” y en todos los clubes como Sarmiento, Racing y San Martín. Los días jueves íbamos a Epecuén, porque en esa época no era tan popular y como Pirosanto era el dueño de El Lido, hacía los bailes en ese lugar, y sólo una vez a la semana nos trasladábamos hasta la Villa Balnearia. Pirosanto en pocos minutos le ponía "pimienta" a un baile, a diferencia de Prícolo que era más serio, y quizás por eso la gente lo prefería más a Pirosanto. Por ello cuando se disolvió la orquesta, se terminaron los bailes y las agrupaciones de música.
En algunos lugares gustaba mucho el jazz, como Darregueira, Casbas, Pigüé, Puan, Guaminí o Bonifacio; al igual que en Carhué donde la música característica de jazz era la preferida por ser más alegre y por eso éramos más requeridos; terminaban entre las 3:30 o 4:00 de la mañana. En los bailes de carnaval en “El Lido” terminaba a las 4 de la mañana, y de allí nos íbamos al salón de baile y bar de Tuzzio, en el Hotel Roma, frente a la confitería “El Aguila”, en la Plaza, y allí seguíamos tocando gratis hasta las siete de la mañana, porque todavía era un ambiente juvenil y ayudábamos a los músicos de ese lugar; eso lo hacía en mi época de juventud.
Una vez vino la orquesta de Rossi de Bolívar, que eran unos músicos muy buenos, y como todos los músicos de esa época nos conocíamos; pero al momento del baile, le sacamos toda la gente, ellos lo hicieron en la Municipalidad y metieron unas 200 personas, y nosotros esa noche tocamos en la Sociedad Italiana y no cabía más gente, porque estaba lleno.
En Epecuén tocábamos en lo de Almarza, que siempre tenía suerte y le tocaban noches espectaculares y llenaba; otras veces lo hacíamos en el salón del Club, donde era la panadería de Córsico o algunas veces en la escuela.
Hoy a los chicos uno le pregunta por su grupo favorito de música y no sabe los nombres o el instrumento, pero antes sabían los instrumentos y nombres de cada integrante de las orquestas, por lo que era muy común que sobresaliera el nombre de algún músico. En los últimos tiempo iba a los bailes por obligación, porque me tomaba la música como un trabajo, por lo que quería tocar, y que me pagaran para poder irme, quizás porque eran otras épocas y ya no era tan muchacho, tenía mi familia y otras responsabilidades, a diferencia de los primeros años en que lo hacía por diversión y ensayaba por día cuatro horas diarias, como lo recordarán quienes eran mis vecinos en esos años.”
Entrevista Realizada por Gastón Partarrieu en junio de 2002.
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