LA LLEGADA DE LA TELEVISION

JORGE EFEREN ROBILOTTE TELEVISION CARHUE

12 de febrero de1964

SE CAPTABAN LAS PRIMERAS SEÑALES DE TV EN CARHUE

La Televisión había hecho su incursión en Argentina en julio de 1951 con un discurso de Evita. A los pocos años comenzaban a nacer los canales porteños como el 9 y el 13 en 1960, el 11 en 1961 y el 2 en 19641.  Incentivados por esto, los técnicos locales Robilotte, Aldasoro y Sueldo hacían intentos por captar las primeras señales de televisión. Y un día 12 de febrero lo lograban. Era la primera vez que en Carhué alguien veía TV.

AQUEL DÍA 

Un pequeño artículo periodístico que poco habrá llamado la atención a un pueblo campechano, acostumbrado a la radio y a madrugar, aparecía en “El Pueblo” del 15 de febrero de ese año. Titulado “T.V. en Carhué” decía lo siguiente: “Sabemos de los esfuerzos de varios aficionados locales por captar los canales de televisión de la Capital Federal, hasta ahora parecía imposible lograrlo. Pero por fin en la noche del día 12 de corriente y pese a ser una noche de mucha tormenta, los técnicos locales, Robilotte, Sueldo y Aldasoro, y en el domicilio del Señor Félix Martín, donde éste ha instalado un moderno receptor de televisión, pudieron recibir varios canales de Buenos Aires, siendo notable en ciertos momentos la intensidad y calidad de imagen y sonido de los canales 9, 11 y 13 de Buenos As.” 2

Vale efectuar algunas aclaraciones que sin duda realzarán los meritos de esta empresa, que casi quince años después culminaría con el sistema de cable local. Los técnicos locales eran simplemente aficionados y autodidactas, los aparatos de televisión casi no existían, y además la empresa era complicada pues nuestra ciudad se halla en un pozo lo que hace que captar señales sea muy difícil.

Pese a esto continuaron trabajando y perfeccionado la captación de las débiles señales, ante un pueblo impávido, casi como resistiéndose a una nueva revolución social, cultural y económica que significaría la televisión. Una nueva nota nos comentaba lo siguiente: “En la penumbra de la vidriera de un negocio céntrico, –Probablemente Radio Radar de Robilotte. N.a.- las imágenes se suceden en el rectángulo de un televisor. Son las 22 horas. La nitidez notable con la que se capta la trasmisión hace que nos detengamos un instante a contemplar algo que para nosotros, en el lugar que estamos, es un espectáculo insólito. 

El hecho en si de que este extraordinario adelanto de la época haya llegado a nuestro pueblo es por sí magnífico. Pero no es a ello a que vamos. Porque la escena del televisor en la vidriera la hemos contemplado ya en varias ciudades en que por circunstancia de la vida nos ha tocado llegar, pero muy diferente de la que vivimos aquí. Y la desigualdad estriba en que casi todos los casos frente al cristal hay un grupo de personas que siguen las alternativas de la pantalla. Aquí no. Choca un poco la angustiosa soledad de esas figuras móviles actuado ante nadie en la suave oscuridad de la noche. Carhué en ese sentido es distinto, alguien comenta al pasar la indiferencia de nuestros habitantes.  

Y nosotros aprovechamos para traer casi de los cabellos este pequeño relato para referirnos a la tan mentada indiferencia. Tal vez en esta noche influyan dos motivos. El primero, que estamos en época de turismo y quién salió lo hizo yéndose a Epecuén. El segundo que los pocos que transitan en la calle céntrica no se detienen ante la novedad, ni siquiera por serlo. Si analizamos estos factores encontraremos los determinantes de alguna falla de nuestra sicología de conjunto. Porque en ellos hay para quién quiere verlo un paralelismo entre el hecho mencionado y nuestra vida activa en este tranquilo pueblo de campaña ya  que no podemos mentirnos a nosotros mismos dándonos categoría de ciudad. Nada, ni siquiera nuestra forma de actuar es de esta última.”3

Sin embargo ante esta apatía muchos fueron adquiriendo sus televisores, enormes aparatos que pasaron a formar parte del decorado de los living o salas de estar. La televisión se venía, pera nadie sabía cuando. En 1972 aún se esperaba, y sino basta con leer la siguiente Carta de Lectores: “... voy directamente al “grano”, para pedirle a Ud., o por lo menos a la población, cual es la opinión y que seguridad tendremos de ver televisión a breve plazo en Carhué y por qué no en todas las localidades vecinas, porque para decirle la verdad, a mi y creo a todos los que hemos comprado un televisor, nos dijeron “la antena retrasmisora estará lista a más tardar en 15 o 20 días”” Y agrega: “Como Ud. comprenderá, [...] nos ha costado a muchos, unos buenos miles de los viejos, lo cual fue hecho con sacrificios, pensando que esa distracción que nos proporcionaría el televisor, nos haría olvidar un poco las amarguras de la vida, [...] así nuestros aparatos se encuentran en un rincón, en silencio, pues son muy pocas las veces que podemos ver algo y que por lo tanto, es un adorno de la casa, y bastante caro por cierto.” 4      

EL SISTEMA DE CIRCUITO CERRADO

Inmediatamente captadas las primeras señales en febrero de 1964, Jorge Efrén Robilotte, titular de la casa Radio Radar ubicada en Mitre 863, según documento de archivo, solicita al H.C.D. el 4 de septiembre de 1964 la adjudicación para la instalación de un circuito cerrado de televisión, quedando a disponibilidad de los concejales para su interiorización. 

Sin duda fue este el primer paso para llegar, diez años después, al circuito cerrado que se llamaría Antena Comunitaria Carhué. Robilotte captaría las señales de canales vía antena, amplificándolas y llevándolas por cable a cada casa.

La idea, frenada por cuestiones logísticas, económicas y vaya a saberse cuales otras, hicieron que recién por 1975 o 1976 se comience a trabajar de firme en ello.

ENTRE LOS PRIMEROS DE LA PROVICIA.

Allá por 1976 ya se re-trasmitían las señales de los canales bahienses 7 y 9 y el 3 de Sta. Rosa, pero Jorge Robilotte trabajaba para dotar de mayor potencia la recepción y trasmitir vía cable a los hogares, asegurando así la calidad de imagen y dar por concluido el incomodo asunto de estar enfocando constantemente la antena hacia Bahía o Santa Rosa.

Inaugurada el 21 de enero de 1977 fue la 2da repetidora más importante de la provincia10. Un temporal de verano ocurrido a los pocos días, el 16 de febrero, dio por tierra con la antena de 100 metros truncando con los anhelos de una comunidad y millones de pesos de la época en inversión11. Le reconstrucción se llevó a cabo gracias al aporte de la comunidad y de entidades como la Caja de Crédito Nicolás Levalle, la que otorgó préstamos para la conexión anticipada, es decir con anterioridad al tendido de cables.12

De esta manera el primer troncal tendido fue por calle Colón, luego se efectuó por calle Laprida y el tercero por Avellaneda, extendiéndose la línea por intermedio de las columnas de gas de mercurio13. Gracias a ello vimos el mundial Argentina 78.

Otro hito de la firma y que tuvo real importancia fue cuando el 11 de Septiembre de 1981 se produjo el primer enlace por microondas en la provincia. “Como Carhué es un pozo mi padre buscó el lugar más alto y dio con la escuelita Nº 27 y allí fue instalada la antena de 100 m. Eso le daba una buena recepción. Para enviar la imagen al pueblo importó desde E.E.U.U. los aparatos de microondas que le costaron 130mil dólares. Semejante inversión duró algunos meses porque en 1982 se instaló la antena repetidora en Curumalal y a partir de ese momento cualquiera pudo tomar las imágenes con una “antenita”. También recuerdo que allá antes del mundial importó desde Alemania los primeros televisores color que llegaron a Carhué. Eran como 50 en grandes cajones que luego compraron muchos -rememoraba Cristian, hijo de Jorge Robilotte- y lo que siempre me quedó grabado fue que decía que el costo del abono debía ser comparable con 12 kilos de carne”.        

FIN DE UNA ETAPA

El fallecimiento de Jorge Robilotte, acaecido en 1989, coincide justo con la privatización de los canales porteños. Esto último traería aparejado la destrucción de los pequeños cables pueblerinos pues desde ese momento se debía pagar para poder retrasmitir, negociando cada señal, cada canal, etc. Y los grandes se comieron a los chicos, ya que desde la capital salieron las grandes compañías como VCC y otras a comprar los pequeños cables.  

Cuenta Cristian Robilotte que los grandes canales tomaban la tabla de usuarios de luz eléctrica de cada pueblo y establecían que el 80 % debía tener cable como en Bs.As., cuando la realidad era que Carhué poseía más de tres mil medidores de luz y menos de 1200 usuarios de cable. Y les cobraban por esa tabla. “Allá por 1990 tuve que firmar un contrato por los partidos de River y Boca por 80.000 dólares. Los números eran increíbles y uno iba a pelear allá por 1.200 conexiones cuando otros lo hacían los 30,  40 o 50 mil. Se nos reían en la cara.”

Ese momento coincide con varias notas periodísticas que criticaban duramente el servicio de Antena Comunitaria Carhué9, pero es que los cambios económicos se sucedían muy rápido, además de que la tecnología del satélite, arribada al país en 1986, era bastante rudimentaria, haciéndose que se corten señales, además de la falta de técnicos capacitados para su manejo. Seguramente habrá habido también errores por parte de la firma, pero ninguna empresa está exenta a ellos.  

Desde esos años hasta mediados de los noventa desaparecerían la mayoría de los pequeños cables locales, a la par que nacían algunos intentos de antenas satelitales comunitarias como la de los Bomberos Voluntarios de Carhué (Adolfo Alsina TV. S.A.)5,  la que trasmitió ATC hasta 45 km. y algunos canales más entre 1991 y 1992, habiendo vendido unas 50 antenas6. Sin embargo el proyecto no prosperó. 

Difusora Carhué SRL hace su incursión a mediados de 1992 instalando sus oficinas en Dorrego 859 y habilitando para fines de ese año las primeras 70 manzanas de cableado. El grupo poseía sistemas de cables en Santa Rosa, Toay, Lonquimay, Pellegrini, Riglos, y Guatraché7 lo que le permitía manejar contratos más beneficiosos. Hoy para sobrevivir a los grandes grupos mediáticos se ha unido con centenares de cables del interior conformando  Red Intercable,  que lleva imagen a cientos de miles de abonados.  

En 1992 Antena Comunitaria Carhué era adquirida por Difusora Carhué y ésta última, el 21 de enero de 1993 inauguraba sus estudios de grabaciones en Colón 949 para una programación propia, emitiendo en la frecuencia de canal 4 programas de la vida social, cultural, deportiva local. Domingo San Román fue el encargado de dicha programación8.

Así se terminaban los primeros 15 años de historia de la televisión en Carhué, que tienen a la Antena Comunitaria Carhué y a un visionario como Jorge Efrén Robilotte como pioneros. 

GASTON PARTARRIEU

PUBLICADO EN SEMANARIO NUEVA ERA Nº 933 DE 2007    

 

1 Internet

2 Semanario “El Pueblo” Nº 1592 del 15 de febrero de 1964

3 Semanario “El Pueblo” Nº 1694 del 26 de febrero de 1966

4 Semanario “El Pueblo” Nº 1999 del 20 de mayo de 1972

10 Semanario Fortín Nº 21 de 1977

11 Semanario Fortín Nº 24 de 1977

12 Semanario Fortín Nº 27 de 1977

13 Semanario Fortín Nº 42 de 1977

9 Semanario “Nueva Era” Nº 152-174-176 de 1992

5 Semanario “Nueva Era” Nº 82 de 1990

6 Semanario “Nueva Era” Nº 151 de 1992

7 Semanario “Nueva Era” Nº 174 de 1992

8 Semanario “Nueva Era” Nº 198-199 de 1993

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